jueves, agosto 30, 2007

SOBRE PREGUNTAS Y RESPUESTAS


Fue una idea flotando en el aire... hasta que cobró forma bajo esta frase que, evidentemente, no es mía... Yo jamás logro decir algo tan sintéticamente...


Hay preguntas que esquivan sus respuestas...


martes, agosto 28, 2007

AMOR ENFERMO

"Give me another word in this world", decía la vieja canción. "Without you, everything in my life vanishes. Give me, give me, give me another word. I love you madly, I love you crazy. Please! Do not conceal your face. Give me, give me, give me another word".

Algo de eso pensaba, en la oscuridad de la noche (o en eso que envuelve a una canción y que le da, a veces, más sentido a ciertas palabras cantadas que simplemente recitadas).
Mi mirada no estaba donde siempre estaba, mirando la nada. No. Te buscaba a vos y a tu sombra, en la oscuridad. Sabía que el mañana sería algo lejano y terrible.

Pocas, pocas veces, nuestro sino tiene sentido para nosotros. Para mí lo tuvo aquella vez. Te buscaba y me decía que probablemente era mejor ese guiño oculto que la sonrisa en plena luz. Y por un momento, sólo por un momento, tuve el coraje suficiente para hacer lo correcto, de dejarte ir, de dejarme ir de vos.

Pero eso duró un instante. Y después, ya no tuve más dudas. Te vi bajo el pórtico decorado con nomeolvides plenos de flores amarillas a los lados, te vi en besos con ese leguleyo vestido con un traje de Gucci que te había conquistado. Te vi subir a su auto, que de un verde tan oscuro parecía negro en la oscuridad, bajo la sombra de un árbol que tapaba la luz del farol de la vereda.

Y luego ya no te vi. Apreté el botón y maldito sea si algún pedacito de vos es mayor a la yema de mi pulgar. Te había dicho, te lo repetí infinidad de veces, que serías mía o de nadie más.

Nadie lamentará tu muerte más que yo. Nadie me maldecirá más de lo que yo me maldigo a mí mismo. Sin embargo, pocas veces me reprocho lo que hice. Me debía esta condena y este sufrimiento de saber que nunca me perdonaré lo que te hice, de arrancarte la vida con violencia y brutalidad.

Pero me habías dejado, por una simple palabra dicha en un momento de las tantas en que la locura y la tristeza y la agonía se apoderaban de mí, cuando estando contigo te sentía tan lejana, no importara aún que estuviéramos haciendo el amor. En los últimos meses, todo semejaba como el sonido del redoblante antes que el pelotón de fusilamiento descargue su artillería sobre mí.

Y lo descargaste. Por una idiotez que dije. Y vos, que decías quererme tanto, amarme tanto, no obraste como tal, te alejaste y me dejaste como si fuera un trapo de piso. Y no podía perdonarte.

Ahora estarás en el infierno, espero. Sola y seca como un árbol en el desierto, si es posible. Y de mi parte, sólo me queda decirte: "Reserváme un lugar, porque allá voy".

martes, agosto 21, 2007

VER EL SOL


En un post siguiente, ya en casa, con las fotos en mi PC y con un par de dibujos escaneados (que alguna vez algo de lo que hago tiene que aparecer en mi blog de ilustraciones, que como bien notó mi compañera Paola del taller de ilustración de Sonia Esplugas en el que retomaré clases en unas semanas, desde fin del año pasado que no levanto nada...

Bueno, lo que quería contar era esto. En Corrientes, donde fui a descansar tomándome un franco compensatorio de un día por uno de los fines de semana que vine a trabajar -sí, es raro que un empleado estatal aparezca un finde, pero qué le vamos a hacer... A veces no sé si soy responsable o el salame más salame del trabajo, jajajaja-, me pudrí de ver nubes todo el día. Día y noche.
Antes no me molestaba, y hasta me agradaba andar por las calles sin tener que caminar bajo el sol, pero ahora... un día, dos, te lo banco... cuatro días seguidos nublados, sin ver un rastro de sol (bueno, tres días y medio, si descuento los del viaje), me resultó un poco pesado.

Creo que como nunca saludé, cuando bajé en la Terminal de Ómnibus de Retiro, al Hermano Sol que bañaba un cielo limpio. Y viéndole, me sentí realmente bien.

jueves, agosto 16, 2007

EL POETA Y LA FLOR AZUL


Fue hasta esa vez que no se había dado cuenta. Él, poeta de tanta búsqueda y tanta pena de no encontrar su objeto de búsqueda.
La delicada Flor Azul que entrevió Novalis hace ya varios siglos, estaba allí, en ese cántaro a colores, y con un rostro concreto.
La miró y supo que era ella. Un milagro. Un milagro que le sonreía y le hizo disipar cualquier tipo de dudas. Y le invitó a sentarse. Y a conversar.
Así, con el cántaro dando su pizca de humedad al ambiente, en medio de una plazoleta desierta, con edificios bajos que se veían como quillas de barco desde donde ambos estaban sentados, tejieron su principio, el final de lo anterior.
Con el sol en su ocaso bañando de un cálido color rojizo el gris de las piedras de la calle y los edificios también grises pero más pálidos, dando un tinte lejano a las mejillas de ella y acentuando la paz encontrada por él, el atardecer fue testigo de su primer beso.

Y con este texto me despido por un tiempo. Me voy de vacaciones por unos días, aprovechando feriados y compensaciones por trabajar fines de semana.
Cuídense mucho. Los veo a la vuelta.

martes, agosto 07, 2007

EN VUELO


Cuando despierte, amanecerá un ave
nada habrá que lo pare
sólo un corazón amante que seguirá con él
hasta que caiga, porque
alturas y proezas semejantes
no son para los hombres.

lunes, agosto 06, 2007

UNA SONRISA


Y a veces, simplemente,
tu sonrisa

y no importa nada más.

MOMENTOS ACIAGOS


El silencio
y las palabras
El silencio
y las palabras
El silencio
y las palabras
El silencio
el silencio
el silencio
Algo que cae
se rompe
vano esfuerzo
juntando pedazos
los milagros no se dan dos veces
aunque se espera que sí
y en esa tarea inútil
trascurren los días
apilados, tristes, monótonos
mientras por debajo
algo se está conteniendo
Un grito
a punto de estallar
y destrozar todo lo que resta