domingo, agosto 10, 2008

UNA VIDA FELIZ


El día era gris y de a ratos, oscuro. Me encontré contigo en un parador, al costado de una autopista. Estabas haciendo algo, así que te dije que iría a casa. Me dijiste que me fuera tranquilo, que me esperarías.
Fui a casa en colectivo, saqué el auto y volví a buscarte. Con el tiempo transcurrido, casi una hora entre ida y vuelta, pensé que ya habrías vuelto y que nos habríamos cruzado por el camino. Me inundó una soberana tristeza, pensando que no te volvería a ver. El miedo incesante de perderte, que algo te pasara, que simplemente desaparecieras de mi vida. Pero no, me estabas esperando.
Conversamos de distintas cosas, cosas de la casa, cosas que hacer. Yo estaba feliz de verte, que estuvieras bien. Te miré y tu pelo oscuro, con un corte carré, enmarcaba tu sonrisa.
Llegamos y comimos algo. Pasamos el día, un día muy largo, no por pesado sino por... largo en su extensión. Fuimos a un shopping. Ya no estaba nublado y un sol radiante podía verse a través de los cristales que formaban los ventanales exteriores del complejo.
Te busqué y no te encontré. Nuevamente tuve la sensación de perderte. Otra vez, la angustia, la tristeza. Pero no. Un hombre de color me dijo que una chica me estaba buscando, y entonces te vi, en la vereda de enfrente. Tu vestido verde resaltaba, bañada por el sol. Y me levantabas la mano. Y ahí pasó algo que hizo que me quedara pensando en ese suceso.

Luego estuvimos en algo que no era exactamente nuestra casa, pero donde mandabas. Mandaste preparar una unas pizzetas, con queso fresco y aceitunas. Recuerdo que me extrañó de ti porque no te gustaban las harinas, pero te agradecí en silencio que lo hicieras por mí, porque realmente lo hacías por mí. Me diste tu espalda y te abracé y te besé en ella.

Lo que me hizo quedar pensando fue algo que internamente sabía, pero que hasta ese momento no me había confesado. Nos vimos y tu sonrisa me iluminó. Una sonrisa amplia, franca. Tu alegría no estaba en tu sonrisa, es obvio, sino en tus ojos, tu mirada radiante, que me miraba.

Y yo me alegré muchísimo de verte. Te tomé por la cintura, y vos apoyaste tus manos sobre mis hombros. Y te alcé y te sonreí y me miraste y seguiste sonriendo de felicidad. Y yo podía sentir cuánto me amabas. Y yo te quería muchísimo. Pero en esos gestos míos había una exagerada teatralidad, una falsedad intersticial.

Porque, como dije, te quería mucho. Pero no te amaba.

sábado, agosto 02, 2008

CONFERENCIA (casi en vivo :)



17:09
No escuché la anterior parte apagué la tele cuando el Jefe de Prensa, Miguel Núñez, que parece un clon de Ariel Torres, alias Eduardo Dahl, periodista "tecnológico" del diario La Nación, estaba dando las reglas de las preguntas, y luego me entretuve leyendo el diario. Pero me acordé, y poco antes de las 17 puse la TV para escuchar la conferencia de la señora Presidente de la Nación Argentina.
Me divierte que las preguntas precisas, según el chabón del Jefe, no den lugar a respuestas cortas. Habla y habla y habla, aburre y no dice nada. Sigue hablando de su lucha por redistribuir el dinero. ¿Por qué no empieza por casa, con los millones que tienen ella, su marido, su hijo Máximo y sus adláteres?

17:15
Me gusta la manera original en que defiende a Guillermo Moreno, el patotero gubernamental. Cuando le preguntan puntualmente si aprueba su comportamiento, usa la evasiva diciendo que no interesa el comportamiento personal de un ministro, sino su eficiencia. Esto es, que sus políticas antiinflacionarias, las mentiras del INDEC (que la Presidente no negó -era parte de la pregunta-, o sea que ella también dice que el organismo comandado por Moreno miente), las agresiones a los trabajadores del INDEC (que ella tampoco negó, o sea que también las considera ciertas), deberían avalarse porque el país estaba mejor para todos. Pero si ella misma acepta, al no negar, la existencia de una inflación de más del 20 % anual, entonces en verdad, mantiene a un funcionario que no sólo es un matón, sino inoperante para el cargo asignado.

17:28
Ya le salió la bruja de adentro y lo cagó a pedo al Jefe de Prensa, por una pavada.

17:40
Pregunta de Gisella Marziotta, una de las pocas periodistas que me cae realmente bien, desde que la vi en Medios Locos, por Canal 7 / ATC, con el desaparecido Adolfo Castelo. Le avalo la valentía para preguntar con dulzura temas que ponen el dedo en la llaga de la Presidente. Pero como siempre que pasa esto, hoy, responde con una sonrisa y evasivas.

17:42
Creo que acabo de ver la respuesta más corta que dio en toda la conferencia. "Yo respeto las instituciones, Sr. Massacessi", cuando este periodista del grupo Clarín le preguntó (en una pregunta laaaaaaarga) si Cobos tenía el perfil genético del traidor, dado que así lo llamaron los radicales y los peronistas en el gobierno actual.

17:55
"Estamos haciendo una gran inversión en materia ferroviaria"... Mierda, y yo que pensaba que los trenes eran privados :-/. Y justifica el que no puedan arreglar los trenes diciendo que es por los subsidios que paga el Estado para mantener los trenes baratos... En ningún momento (obvio que no lo va a hacer, no soy más pelotudo porque no tengo tiempo) se sincera y habla que, por cada un (1) peso que invierte en materia social, nueve (9) pesos va a cometas, arreglos, pago para comprar votos, comprar (como decía en la película Día de la Independencia, sobre los muebles que compran a U$S 2.000 por unidad, cuando charla Julius Levinson -Judd Hirsch-) material de $ 2500 a $ 50.000, etc.

17:57
"No". Respuesta más corta que ésta... Ni tiempo a saber el nombre de la periodista (pelo castaño, muy muy muy bonita; es que fue lo único que alcancé a ver, jajajaja).

18:07
Uy, Dió... está elogiando al pueblo norteamericano, frente al periodista de Newsweek -recuerden, medio que responde al kirchnerismo más acérrimo, enemigos de otros medios no alineados con el accionar del gobierno como Editorial Perfil-. Díganle que ellos no votan en Argentina... Bah, a menos que hagan la gran Rovira...

18:28
Bueno, se acabó la conferencia. Algunos pretenden hacerle preguntas, pero la Presidente se entretiene hablando con Gisella ¿Marziotta?. Luego se fue rápido.

Como dice un amigo mío, o es una gran mentirosa, o vive en un canapé. Porque a veces creo que en serio dice que el país mejora. Pero lo que uno ve es que las mejoras llegan para los que están bien, no para todos los que no tienen trabajo, porque ser parte de los "planes sociales", dependiente de la limosna gubernamental, no es tener trabajo, y $ 200 mensuales (o los que sean) cuando la misma canasta oficial dice que hay que tener $ 800 para comer.
La autocrítica estuvo ausente. Para ella su gobierno es perfecto, aquejada por una confabulación que es más amplia que la famosa "transversalización" que impulsó su marido. Esto es, parece que hay una amplia mayoría de sospechosos argentinos contra ella.

Seamos serios y dejemos el sarcasmo. Si en verdad el gobierno hiciera lo que dice que hace, no tendría que haber pobreza en Argentina. Pero cada vez más uno ve excluídos, gente en la calle, inseguridad, hambre.
Y eso es una consecuencia directa de las políticas que se implementan bajo este matrimonio. Más allá de que nadie hizo nada, nunca como ahora se intenta tanto disfrazar la realidad, modificar la inflación como se hace en el INDEC, y lo que me hace pensar que estamos gobernados por esquizofrénicos, que creen que por ellos creer en las mentiras que ellos mismos inventan, los demás van a creerles... Cuando las cosas son demasiado evidentes, cae de maduro que la objetividad (sobre todo la que toca al bolsillo, único interés común de los argentinos, sobre todo de los porteños) aplasta a la subjetividad.

Con esto, siempre creo que el panorama nacional es negro. Aunque concedo que no es de ahora, sino desde que a un iluminado se le ocurrió, hace cincuenta años, expulsar a las mentes más brillantes de este país, intervenir las universidades, destruir la educación pública, y muchas bellezas más.
Pero cada vez esto va peor, como decía el famoso cantante que ahora es otro kirchnerista de la primera hora, cosas que el gobierno ata con alambre. Y que a veces sujeta con pines. O con ganchos. O con broches. Todo precario.
Deberíamos estar mucho mejor de cómo estamos. Y no, siempre trabados, siempre con algo que nos impide avanzar. Sin políticas de Estado serias. Sin una visión de país. Sin estadistas a la vista. Con cobardes, tribuneros, falaces, rapiñeros, en la mayoría de los puestos políticos (no todos, siempre alguno de moral intachable llegó por obra de Dios, porque no creo que haya sido por voluntad de esos hombres).

Como diría cierto gran escritor, es la Crónica de una muerte anunciada. En este caso, de todo el país.

Saludos a todos. Gracias por leerme.