miércoles, enero 31, 2007

VOLVIENDO, QUE ES GERUNDIO


Buenas tardes a la gente:
Sinceramente estuvieron muy buenos estos días fuera de Buenos Aires. Pero como nada dura para siempre, debe uno volver.
Así que aquí andamos.

Agradezco los buenos deseos. Cuando luego de dormir la siesta (tengo una palma animal) entre de vuelta a internet (si ando con ganas de meterme mucho en la computadora) responderé comentarios, leeré mails, me pondré a pensar una lista con mis diez canciones favoritas respondiendo a la invitación que me hizo una amiga española, enseñaré cómo eliminar una partición linux, visitaré el blog de una compañera de taller...

Bueno, va a estar divertida la vuelta a la internés...

Besos y abrazos, según corresponda

sábado, enero 20, 2007

LOST IN VACATIONS


Bueno. Después de un año agitado, muy bueno en muchas cosas, más allá de enfermedades y dolencias, me tomo unos días de vacaciones.
Ignoro por qué, siempre siento que el momento de las vacaciones es cuando termina el año de uno para luego de volver empezar el siguiente año.
A mí me dejó muchas cosas positivas el 2006, entre ellas, toda la gente que he conocido a través de este blog.
Espero que todos ustedes anden bien, espero verlos a mi regreso a todos, y si así no fuera, que Dios y la Patria se lo demanden.
Ah, no, eso era otra cosa...
¿Qué decía? Ah, sí... Que donde uno vaya, dentro de uno, sin saberlo y a veces sin que a uno le cause mucha gracia si llegara a saberlo, lleva a todas las personas con las interactuó en algún rincón dentro suyo. Esto es, sé que en algún momento diré "uh, tal se reiría si supiera que..." o cosas de ese estilo.
Así que cuídense. Total, el tiempo de descanso pasa rápido, jejejeje... Y si alguno de ustedes se toma vacaciones en estas semanas, que la pase muy bien también. Y a cualquiera en cualquier lugar, sean felices en donde estén.

Besos y abrazos y gracias por leerme :)

martes, enero 09, 2007

SOBRE ENCUENTROS Y DESPEDIDAS


Recién venía pensando en dos encuentros que me esperan en estos días, si Dios quiere y la Policía no nos detiene, con dos amigas. A una no la veo desde hace años (o desde hace meses, pero en ese momento yo estaba internado y sedado para mantenerme dormido, así que mucho no me enteré :-D). A otra no la vi nunca.

Y me dije que todo encuentro es un prólogo a una despedida. Más pronto, más tarde, pero alguna vez ocurrirá.

Pero como no creo que esto nunca acabe, que al fin y al cabo todo es una señal de lo que es (robándole palabras a San Pablo) en el Cielo como en la Tierra, entonces me dije que no, que en verdad, toda despedida es el prólogo a un nuevo encuentro, hasta que alguna vez ese encuentro sea el último, el definitivo.

Gracias por leerme. Que tengan un buen día

domingo, enero 07, 2007

ANOTHER PIG IN A FARM


Acá comienza una serie de cuentitos dedicados al niño que todos llevamos dentro... Y manténgalo ahí, que no quiero ruido de pendejos a esta hora de la siesta xDDDDD...

ANOTHER PIG IN THE FARM


El chanchito se pensaba fuera de ese corral que le asfixiaba. Pobrecito. El nada sabía de achuras, ni que tratando de lucirse (como sabiamente expresa el Indio Solari), un chancho puede comer jamón.
El barro y la inmundicia le parecían indignos, pero nada era comparable con ese miedo creciente que experimentaba, al ver a sus compañeros desaparecer diariamente a manos del dueño de la granja, sin jamás reaparecer.
Lentamente, fue aceptando su destino, y sabía que cuando alguna vez se lo llevaran de allí, él también desaparecería.
Pero un día, algo cambió. Un fuerte tornado cayó por la región, y azotó a la granja y a los corrales, destrozando todo y dejando, por primera vez, libres a los animales para que fueran donde quisieran.
El chanchito sintió que una nueva aventura ahora le esperaba, y empezó a caminar y caminar hasta estar lo más lejos posible de su ex-prisión. No le importaba si su dueño había muerto o no, porque entendía de ver otros humanos, que todos eran muy similares en su forma de ser, y podrían querer capturarlo y encerrarlo nuevamente.
Lo que el chanchito no previó, fue que nada sabía de cómo sobrevivir en medio del bosque. Y empezó a sentir hambre y empezó a extrañar las raciones de choclos y bellotas, y casi que hasta se dijo que estar encerrado era mejor, porque al menos no le oprimía constantemente ese dolor en el estómago.
Al cabo de unos días de agonía, falleció, justo cerca de un maizal, sin cercas ni alambrados ni nada por el estilo, sin saber que con simplemente sacudiendo o tirando una planta abajo, capturando un fruto y despellejándolo con sus pezuñas, podría haber solucionado su hambruna no sólo ese día, sino muchos otros días, y sobrevivido mucho tiempo más.