jueves, marzo 31, 2011

ESPEJOS Y REFLEJOS

Leía este post en el blog del Gato Utópico, y la verdad es que a veces uno (autocrítica) no ha valorado lo suficiente lo hecho por el gobierno de Néstor Kirchner, no por escuchar a Clarín, precisamente, que sabe cualquiera que me conozca que para mí siempre fueron el demonio vestido de etiqueta aunque con mal gusto, o La Nación. Aunque siempre me pareció correcto durante su mandato, que ante las denuncias probadas del mal manejo de los funcionarios de lo que fuera que les correspondiera administrar, estos fueran echados, como pasó con Miceli o Jaime.
Pero en mi defensa, seamos sinceros, alguien que llega a la presidencia de la mano de Duhalde no podía caerme simpático de entrada. Igual, no es de esto de lo que quiero hablar.

Decía que el post del Gato Utópico me había pinchado en un par de cosas, cosas que me había despertado antes pero que no me atrevía a exponer porque uno quiere tener las cosas claras antes de hablar.

Primero, uno NO vive en Uruguay, no sé bien cómo van las cosas allá, cómo afectan los militares la vida de los civiles en ese país. A lo mejor no es como acá, que dentro de las pocas cosas que se le pueden agradecer a Carlos Saúl, es haberle quitado fondos a los militares y que no fuera como en la época de Alfonsín, que mantenían todos sus privilegios en cuanto a guita y poder de decisión. Pero luego de él, las FFAA quedaron, por suerte, dañadas en su poder operativo. Aunque sigo siendo partidario que desaparezcan y se cree otro tipo de fuerza, dado que no mantenemos hipótesis de conflicto con ninguno de nuestros vecinos, una fuerza más capacitada, más integrada al espíritu democrático, más al servicio de los intereses del país y no de la oligarquía.

Porque de esto se trata todo. A uno y otro lado del charco, las Fuerzas Armadas no fueron más que el brazo armado, brutal, de la oligarquía campestre y citadina, de los intereses de unos pocos por sobre el de unos millones, millones a los que empujan a la pobreza y al deterioro psicofísicoespiritual. Ni siquiera tuvieron ni tienen el valor de ser una oligarquía que respondiera al bien de la Nación, sino que encima, son lamebotas de los imperios del Norte, de Estados Unidos y de Europa. Porque allí también tienen su oligarquía, pero a un oligarca yanqui no se le ocurriría vender sus tierras y los bienes del país a Japón, por poner un ejemplo. O a un empresario rico de Alemania. Lo mismo en Europa. Tal vez lo más parecido sea (son los que me vienen ahora a la cabeza) España, o Grecia, donde los políticos se han entregado a los intereses de los empresarios alemanes, y entonces, la crisis que deberían pagar ellos la está pagando el pueblo trabajador y explotado de esos países.

De otro modo, ¿cómo someterse mansamente al Plan Cóndor, un plan creado para someter a todos los movimientos que querían instaurar la paz social en nuestros países de Iberoamérica? Y una paz social no con bombas, sino haciendo que los chicos más pobres vayan a la escuela, se eduquen, se forman, tengan igualdad de oportunidades de estudio, en suma, para luego, en cuanto a capacitación, estar en igualdad de condiciones con otros que eran hijos de familias de clase media alta y alta, para conseguir trabajo (es obvio, luego entra el tema de "a éste cabecita negra no lo dejo entrar ni en pedo a mi empresa" con que rechazan a los que no pertenecen a su sector social). Si lo habré padecido y hasta explícitamente, para los imbéciles que a veces dicen que uno habla "de oídas".

Mujica habla de que él padeció la cárcel y que nadie se lo viene a contar, por eso el no quiere guardar rencores y liberar a los presos mayores de 70 años, aunque hayan cometido delitos aberrantes contra la humanidad. En ese sentido, siempre digo lo que suele cantarse en las marchas del 24 de marzo, que a los militares genocidas hay que hacer como hicieron los judíos con los nazis, perseguirlos donde quiera que estén y someterlos a juicio (1). Porque ellos le privaron a este país de mentes brillantes, de un cambio que era necesario que se diera, de la vida de 30.000 personas aunque pienso que deben haber muchos más, porque no todos pudieron probarse y hay desapariciones que como no quedó nadie que dieran cuenta de ello, no se cuentan como tales, pero tampoco viene al caso. Así haya sido una sola... un gobierno no puede accionar con todo el poder que el Estado le confiere para obrar fuera de la ley, la ética y la moral.

El tema no es que él, Mujica, quiera perdonarlos, sino que con su acción les dice a los militares: "Señores, ustedes son unos genios, para la próxima si quieren, vuelvan con más ganas, secuestren más gente, torturen más tipos, métanles picana en la vagina a las mujeres, viólenlas hasta sean un guiñapo humano, luego tírenlos a todos al río desde un avión, total ¡esto es una fiesta!" Si este tipo de delitos no se castiga con firmeza... no hay justicia posible. Encima durante el gobierno de Tabaré Vázquez le hicieron construir cárceles especiales, donde viven en unas condiciones de primera que no disfruta el ladrón de gallinas común que fue metido preso porque los distintos gobiernos lo destinaron a padecer miseria y hambre, sin poder trabajar ni alimentarse correctamente.

Es por eso que la izquierda en el gobierno, si bien mis sentimientos son de izquierda, me resulta insoportable, porque siempre claudican en favor del señor Don Dinero (poderoso caballero). Y es más lamentable, porque completa la obra que iniciaron gente como Batlle, Sanguinetti... y se supone que debería ser una opción, no una continuidad, no un volver atrás.

Al contrario, debería hacer lo que hizo Néstor Kirchner aquí, que una de las primeras cosas que hizo fue impulsar la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que proclamó Alfonsín, y el indulto de Menem. Como dijo en su momento Federica Páis, no se puede hablar de justicia en un país donde un genocida camina tranquilamente por la calle, cuando se supone que todo el que cometió un delito debe estar preso.

Casualmente o no, hoy, ahora o en un rato, se conoce la sentencia de los enjuiciados en Automotores Orletti, donde funcionaba un centro clandestino de detención y tortura durante la dictadura militar del 76 al 83. Extrañamente, en este lugar se daban la mano los militares argentinos y uruguayos para torturar connacionales.

Es revelador que aquí sí se juzgue a estos genocidas, y en Uruguay no haya nada similar. Porque no es que el pueblo reclame esto, el pueblo tiene razón en reclamar lo que es urgente, comida, trabajo, educación, salud.

Un presidente no puede pensar sólo en lo que es urgente, sino en lo que es necesario, para hoy y para las generaciones futuras. Por eso, no debería atarse a que la ciudadanía rechazó la anulación de la anmistía. Esta anulación es un acto de justicia, para que empiece a haber justicia contra quienes se apropiaron de la vida de otros, de sus destinos, de sus bienes, y hoy disfrutan de esos hechos aberrantes. Mientras esto siga ocurriendo, la Justicia que se merece el pueblo uruguayo no le ocurrirá, porque como sucede aquí, en cuanto se comience a investigar, se informarán de que muchos de los que hoy tienen inmensas riquezas allí, mientras muchísimos otros viven en cantegriles (villas miseria, sería acá), hicieron su dinero en base a la sangre corrida de muchos conciudadanos, de muchos que tenían ideales de grandeza para el país y trabajaban para ello, de muchos otros que eran simples obreros pero no pensaban que esto era una limitación para plantearse ante los patrones la reivindicación de sus derechos.

E insisto, sin un juicio justo contra los militares y civiles genocidas, muchas cosas que deberían saberse seguirán a oscuras. Y eso no es aceptable en un estado de derecho, donde el principal derecho es que la ley sea pareja para todos y no haya algunos que esquiven la misma por la razón que fuere.

Saludos a todos