miércoles, mayo 12, 2010

Y MIENTRAS TANTO...



Miro lo que hace Macri en la Ciudad (desHaciendo Buenos Aires, debería ser su eje de campaña), recordando (no hace falta mucho ejercicio de memoria para eso) lo desastroso de los gobiernos de Alfonsín (sé que prometí una crítica a su gobierno para cuando pasara un tiempo de su muerte, pero... la fiaca puede más) y De la Rúa (en tiempos de bonanza hubiera sido un gobernante insulso, pero un inútil en medio de un caos, aunque ese caos tiene mucho de lo que en su momento fueron los saqueos en tiempos de Alfonsín, y hay un Cabezón por ahí que ganó mucho con ello, como ser presidente en ejercicio sin haber sido elegido por el pueblo para ello, decía, un inútil cuando es necesario alguien decidido, capaz e inteligente para domar el potro cuando se desboca por voluntad propia o incentivado), más el período oscuro de Menem, con pocas luces que fueron como destellos en la noche (lo mejor para mí, que terminara el humillante servicio militar obligatorio y que las Fuerzas Armadas desaparecieran del espacio público de la Argentina, es decir, que no sean consideradas ya como una fuerza capaz de dar un golpe y arruinar la débil democracia que tenemos)...

Digamos que uno retorna a sus orígenes.

Se analiza y se dice que si uno va a ser crítico (signo de madurez) también uno tiene que fijarse qué hay enfrente.

Y no se dice ocultar las cosas, sino decir, esto está bueno, esto no. Y aún con reservas, con estos sí, con estos no, aunque me paguen un millón de dólares (si son dos millones, bueno, podemos conversar, jajaja).

Pero viendo que la presidenta ha cambiado un poco su actitud de soberbia y ha comprendido que no siempre mostrar altitud es signo de poder, y que sus enemigos son aquellos a quienes uno siempre ha considerado enemigos, no por motivos de clase social (aunque a veces influye y mucho) o por apariencia (que me importa un bledo) pero sí por ideología, por pensar que los pobres (yo lo soy) son la basura de la sociedad, porque los pobres (como Flor Ruiz me dijo hace un tiempo y ahora veo que ella tenía razón, que sus chicos estaban ahora más contentos, porque sus familias estaban mejor, trabajaban o tenían algún tipo de dinero para darles de comer y vestir) se sienten cercanos a este gobierno, porque La Nación y Clarín (más este, que siempre he considerado lo peor del periodismo nacional) intentan desbancar a un gobierno popular, es que me siento realmente simpatizante del gobierno de Cristina Fernández.

O para decirlo más claramente, si enfrente están la Sociedad Rural, Elisa Carrió (con esta mina es con la que más coherente he sido, siempre me pareció una hipócrita vendehumo, con denuncias, como las que hizo contra Cavallo, que no pudo probar y para lavarse las manos dijo "me engañaron, me tendieron una trampa"), Clarín, La Nación, Lanata (al fin la gente te está conociendo, los que tu carrera desde El Porteño, al menos, sabemos tu real valía), Longobardi, Mariano Grondona, Macri, De Narváez, Rodríguez Saá, Duhalde...

Vamos, esos son los enemigos de siempre del pueblo. Uno no puede más que estar en la vereda de enfrente, con quienes ellos desprecian.

Saludos a todos

sábado, mayo 01, 2010

ANIVERSARIO

Nadie que no haya estado de un lado donde no hay lados, entiende de lo que hablo.

Y a su vez, no es más que la comprobación cabal y fehaciente de Aquél en quién uno cree.

Creer que una vida miserable y para nada envidiable por nadie tiene sentido. Para Él la tiene.

¿Por qué será que uno desperdicia mucho de su tiempo buscándole sentido a las cosas? Las cosas tienen sentido en sí mismas. Algo sabio como aceptar lo que nos pasa, aceptarnos con nuestras limitaciones, y si ellas nos molestan, superarlas, incluso humillándonos (porque para muchos de nosotros es una humillación) a pedir ayuda.

Está bien que mis pedidos de ayuda nunca serán explícitos. Nunca diré: "Oye, me estoy ahogando". Emitiré grititos de ahogo. Te haré saber que el agua está sobre mi cabeza.

De todos modos, alguien reflexionaría -y reflexionó-, y con razón, que si haces notar todo esto al otro, y el otro nunca te da un consejo, nunca una palabra con sentido, no sólo un "y, la verdad que debés estar mal, ¿no?". ¡¡Sí lo estoy!!

Sin embargo, mi hermana, Cristina, tiene una mirada distinta. Con sabiduría, me dijo: "No es que no te quieran, es que no todos saben qué decir, y prefieren callar antes que decir algo que te puede molestar o que sea un mal consejo y tú lo sigas".

De mi parte, debo saber que hay mucho amor para sostenerme siendo que yo mismo no perdería tiempo en mí. Aunque lo pierda, de hecho; así de contradictorio soy.

Últimamente tengo cada vez más en claro que no es necesario que uno tenga en claro para qué hace las cosas que hace. También por qué a veces uno siente que algo mayor a uno le hace ir para un lado o para otro, y por qué le hace callar la boca cuando siente que debiera hablar, contenerse cuando debiera explotar. Por qué intenta ser sincero cuando no es lo más conveniente, y por qué ama en silencio.

También me pregunto a quién le importarán estas reflexiones, y siempre me he encontrado con que a alguna persona algún bien le hacía encontrarse con alguien que reflexionara igual.

Como canta Flopa, si la vida es un regalo, no hay que buscar más. Debería adherirme a esta sabiduría, también.

Salud a todos. Felicidad a quienes por h o por b, hace tiempo no veo, sea por decisiones, mutuas, ajenas o propias. Paz a quienes amo y no encuentran un instante donde reposar con tranquilidad. Mi amor sincero a quienes he amado, no importa la categoría en que se inscriban, porque a todos intenté amar sinceramente (y no siempre uno lo logra, esto de las limitaciones humanas que le hacen a uno ser tan poco consecuente con lo que anhela; como dice San Pablo, "no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero").

Todo está ahí. A veces simplemente hay que abandonarse. Abandonarse fue lo que hice, y me tiré a un abismo sin límites. En el fondo de ese abismo, me encontré, recuperé la vida.

Y pese a todo, la vida no deja de ser un momento de alegría, de encuentro, aunque asomen nubarrones, la tormenta parezca destruir todo, la tierra tiemble, el mar se encrespe.

Siempre al final, cuando todo eso pasa, queda un olor a tierra mojada, a la lluvia que ha mojado la hierba. Como dice la chacarera, ese huracán resulta ser un viento que barre el polvo y limpia la casa, refresca el aire, nos hace sentir la alegría de un día más.

Saludos a todos. Gracias por leerme y que estén bien.