viernes, diciembre 14, 2012

DIOS Y LA EXISTENCIA

Viendo en estos días una extraña discusión acerca de una poesía del impresentable Orlando Barone (un tipo que estuvo en Clarín durante la dictadura, en La Nación durante los años oscuros del menemismo, y que ahora con el kirchnerismo se volvió nacional y popular. Y encima tiene el tupé de reclamarle ética a otros, una ética de la que él adolece por su mismo pasado).

No sé si eso era poesía o no, pero lo escuché despreciar a Marechal, uno de los grandes artistas que tuvo la valentía de adherir al peronismo en épocas difíciles, que se consideró "el poeta depuesto" cuando triunfó el golpe de Estado que volteó a Perón, un tipo que desde joven estuvo en la vereda de los oprimidos y los desamparados, mezcla por su peronismo pero también por su catolicismo militante.

El impresentable sabe que no tiene la altura técnica, y mucho menos moral, para hablar de Marechal, y por eso simplemente lo desprecia y lo pone en la vereda de "la oposición" porque así se defiende a sí mismo. Más o menos como cuando el impresentable de Randazzo habla mal de Tato Bores, que fue uno de nuestros baluartes durante la dictadura, o habla pestes de Strassera, uno de los tipos que en plena revuelta y con el miedo aún instalado por los militares, se animó a juzgarlos. Y hablan mal para decir "¿ven que yo puedo ser una carroña pero hay otros que son peores que yo?" El viejo truco de "miente, miente, que algo quedará.

Es lo malo de este gobierno. Muchas veces los tipos que están en las primeras líneas, o que se hacen notar, no son ejemplos destacaddos de ética y moral, aunque obviamente, Cristina tiene todo mi apoyo, aún a pesar de estos tipos que están ahí en la consideración pública y que más son un clavo en el zapato que un apoyo.

Pero bueno, todo puede ser peor. Aquí mi poesía, en un día que estoy particularmente enojado con Dios, y creo que queda claro.

Gracias por leerme.


Maldigo a Dios por la existencia
por la mala suerte y su incoherencia

de querer un mundo ético, con decencia
pero en el cual Él no resguarda a la inocencia

de pedir a los sufridos que tengan humildad y paciencia
pero a los opresores mira con inusitada benevolencia

donde el que sufre, sufre sin condescendencia
lo quiebran, lo rompen y lo parten con eficiencia

donde el asesino es considerado una eminencia
y al torturador lo llaman un hombre de ciencia

Por todo esto y mucho más, es que en escensia
pido que Dios desaparezca de nuestra conciencia.

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