martes, junio 11, 2013

SUEÑOS

Ignoro si será porque ayer estaba mirando una serie (Criminal Minds) donde uno de los protagonistas no quiere dormir porque sueña con la novia suya asesinada frente a él. Hace varias semanas que no duerme (o algo así, al menos las ojeras perfectamente delineadas por la maquilladora dan a entender que está cerca del delirio). Uno de los de más experiencia en el grupo, el escritor de muchos libros famosos, le recomienda al final de la serie que duerma, que sueñe, que se libere, que deje que suceda lo que tiene que suceder.


Digo extraño, porque anoche estaba cansadísimo e hice algo parecido. Comenté a la persona con la que estaba en ese momento mirando la serie, que una vez soñé (y creo que lo escribí aquí) conque estaba casado, teníamos una casa, un trabajo individual y un negocio que atendíamos juntos. Era todo radiante, luego de empezar con una lluvia molesta a la que respondía yendo a buscar con mi auto a mi esposa para que no se mojara. Luego el día cambiaba, transcurrían varias horas, pasábamos al otro día y ya estábamos en esa especie de panadería-bar que era nuestro y conversábamos alegre y serenamente con vecinos y habitués del lugar. Defendí ante esa persona que, frente a una vida desgraciada y triste como la mía, con continuos sinsabores y que siempre algo esté mal o muy mal en mi vida (el estudio, la salud, el trabajo, la familia, más o menos en orden cronológico de estos últimos años) a veces, muy pocas veces, tenía ese sueño de completa felicidad. No recordé en ese momento otro sueño que tuve hace un tiempo, con una de mis artistas preferidas a la que había visto personalmente cuando no la conocía casi nadie, y me había volado la cabeza. Un día soñé con ella, soñé que nos amábamos en secreto porque en ese momento ambos estábamos en pareja (cosa que así acontecía en la vida real), y en una reunión en la que él estaba reunido con sus amigos y mi novia con los suyos, nos cruzamos con esta otra mujer en un pasillo, y bajo el dintel de una puerta, le robé un beso que ella respondió. Obvio, eso quería decir que eso que yo estaba en una relación que no me llenaba. Poco tiempo después hubo que darle un fin.

Desde hace más de un año que creo que quiero a alguien. Bah, algo en ella me conmueve, pero nunca me hace movilizarme del todo. Sin embargo, dentro mío y aunque lo calle, conozco a alguien por quién moriría ahora mismo si eso significara salvarla a ella. Aunque me lo niego conscientemente. Me digo que no la quiero tanto. Pero es mentira. El hijo de un amigo nos vio juntos hace unos meses y dijo, cuando él le dijo que yo solamente la había presentado como una amiga: "papá, no seas boludo, mirá como la mira; está muerto por ella".

Pero anoche, luego de decir que sería bueno soñar con la felicidad completa, como esas otras veces, algo que llenara por un instante la vida de uno... soñé con esta chica. Un sueño largo, larguísimo. Me desperté dos o tres veces y cada vez que retomaba el sueño volvía a estar con ella.

Era mi cumpleaños. Como cuando era chico (estoy en etapa regresiva, je) mi vieja organizó mi cumpleaños. Fueron varios amigos míos, gente que no veo hace décadas, pero no me interesaba, a decir verdad, sólo fui porque estaba ella, y llegué tarde (sí, a mi cumpleaños, jaja). Pensaba que no la iba a encontrar pero la encontré. Charlamos mucho. Nos tomamos de la mano y fue una corriente de cariño que no necesitaba nada más.

Luego caminamos. No sé por qué, pero había una colina, que subimos con facilidad (jua, es un sueño) y luego saltamos para entrar en una casa, que creo era un negocio. Estuvimos ahí, comimos algo, tomamos algo como un café o un té, y luego fuimos a la parada de colectivos que estaba al lado de la colina para que ella se fuera a su casa. Charlamos mucho, tonterías varias, y no necesitábamos decir nada, todo estaba implícito en los gestos, las miradas. Al final notamos que el colectivo no venía por allí.

Entonces le dije: "¡Vamos a casa! Detrás pasa el colectivo que te lleva donde vivís" y ella me dijo que sí y fuimos, alegres, caminando. Entramos a casa por detrás, como si mi casa tuviera un largo corredor que comunicara con la parte trasera de la calle detrás de casa. Ahí le dije que nos dirigiéramos a la parada (que no sería extraño, en mis sueños las cosas más inverosímiles suceden) que parecía estaba al lado del corredor que cité antes. Y cada vez que la miraba sentía que la amaba a cada momento más.

Ahí sonó el timbre del despertador que me indicaba que tenía que ir al trabajo.

Los timbres son aliados del demonio a veces. Hoy era uno de esos días en que podría haberme muerto en sueños, y habría sido feliz.


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