domingo, enero 07, 2007

ANOTHER PIG IN A FARM


Acá comienza una serie de cuentitos dedicados al niño que todos llevamos dentro... Y manténgalo ahí, que no quiero ruido de pendejos a esta hora de la siesta xDDDDD...

ANOTHER PIG IN THE FARM


El chanchito se pensaba fuera de ese corral que le asfixiaba. Pobrecito. El nada sabía de achuras, ni que tratando de lucirse (como sabiamente expresa el Indio Solari), un chancho puede comer jamón.
El barro y la inmundicia le parecían indignos, pero nada era comparable con ese miedo creciente que experimentaba, al ver a sus compañeros desaparecer diariamente a manos del dueño de la granja, sin jamás reaparecer.
Lentamente, fue aceptando su destino, y sabía que cuando alguna vez se lo llevaran de allí, él también desaparecería.
Pero un día, algo cambió. Un fuerte tornado cayó por la región, y azotó a la granja y a los corrales, destrozando todo y dejando, por primera vez, libres a los animales para que fueran donde quisieran.
El chanchito sintió que una nueva aventura ahora le esperaba, y empezó a caminar y caminar hasta estar lo más lejos posible de su ex-prisión. No le importaba si su dueño había muerto o no, porque entendía de ver otros humanos, que todos eran muy similares en su forma de ser, y podrían querer capturarlo y encerrarlo nuevamente.
Lo que el chanchito no previó, fue que nada sabía de cómo sobrevivir en medio del bosque. Y empezó a sentir hambre y empezó a extrañar las raciones de choclos y bellotas, y casi que hasta se dijo que estar encerrado era mejor, porque al menos no le oprimía constantemente ese dolor en el estómago.
Al cabo de unos días de agonía, falleció, justo cerca de un maizal, sin cercas ni alambrados ni nada por el estilo, sin saber que con simplemente sacudiendo o tirando una planta abajo, capturando un fruto y despellejándolo con sus pezuñas, podría haber solucionado su hambruna no sólo ese día, sino muchos otros días, y sobrevivido mucho tiempo más.

No hay comentarios.: