domingo, febrero 22, 2009

A VECES


... hay que perder para ganar.

Conclusión lógica de eso que enseña que muchas victorias esconden tras de sí su propia derrota.

Y no hablo de cosas materiales... Hablo de personas, hablo de uno mismo.

A veces hay que desconfiar de nuestras expectativas de nosotros mismos, si esas expectativas nos transforman en seres infelices, que se viven lamentando de su vida.

Porque todo, lo sé ahora, es cuestión de miradas (por lo menos para nosotros que tenemos la suerte de comer y beber y vestirnos y tener un trabajo; no hablo de los condenados en África o en el Norte Argentino, donde nacer para miles de chicos es sinónimo de morir a los pocos días, o vivir en una miseria absoluta).

Si nuestra mirada se aferra a lo negativo del universo... vamos mal.

Entonces miremos de otra manera, miremos pensando que el mañana es mejor, porque es un nuevo día, y si hoy no fue lo mejor que esperamos, siempre estamos con vida, nuestra sombra nos sigue, siempre un minuto de respiro es motivo de celebración.

Reflexión dedicada a todas mis amigas y amigos que andan pasando por momentos difíciles de distinta índole

 

1 comentario:

Diana entrebrochasypaletas dijo...

Es lo que se intenta, Luis, es lo que se intenta :)