miércoles, marzo 18, 2009

JOSÉ MARÍA BAAMONDE (1959-2006)


Este tipo fue una de esas personas que respetaba. Como laico, vivía la fe como uno querría vivirla, sin miedo, confesando a Cristo donde fuere y frente a quién fuere.

Muchos lo recuerdan como un estudioso en sectas, pero pocos recuerdan cómo su empeño logró desbaratar la red de prostitución de niños encubierta bajo la fachada de "Los Niños de Dios", secta que incluso lograba convencer hasta a supuestos bien formados religiosos, que acogían sus folletos y los trataban como a buenos cristianos, cuando no católicos.

En fin, que recién me acabo de enterar de su muerte. Le conocí personalmente, y pese al querido Juan Carlos Pisano, un ladrón de aquellos que daba clases donde lo único que hacía era promocionar alguno de sus 4.000.000 de libros, que hablaba en contra de él, a mí siempre me cayó bien. Como dije, alguien respetable.

Tuvo que irse de la Argentina porque ni siquiera la Iglesia argentina, que para mantener pedófilos y otros personajes innombrables siempre tiene mucho dinero y muchos lugares donde resguardarlos, pero para tipos católicos que juegan su vida por su fe no tienen nada. Aunque no hablaré mal de la Iglesia ahora. Ya estoy elaborando cosas más ciertas y más duras acerca de otros temas (ya veo que muero envenenado cuando vaya a la parroquia).

En España pudo mantener a su familia y a él mismo, que como buen católico practicante, no temía tener una familia numerosa. Y allí se enfermó y tuvo complicaciones en el año 2006, donde murió.

Como digo, recién me entero. Mucho dolor, en verdad. Era alguien que cada dos por tres recordaba y me preguntaba qué estaría haciendo ahora. La verdad es que él está mejor que cualquiera de nosotros, porque entregó su vida a Cristo y a su Iglesia, y aunque los hombres que la conducen como un feudo la quieran enterrar y ser sólo una caja recaudadora, lo cierto es que su esencia está viva en hombres como José María.

Vaya desde aquí mi homenaje y mi recuerdo más sincero.

PD: Si quieren algo más elaborado y no una parrafada larga aunque sentida, visiten este artículo de la AICA.

No hay comentarios.: