lunes, octubre 09, 2006

SOBRE ALGUNAS COSAS QUE SE VEN, OTRAS QUE SE INTUYEN VII

ULTIMO POST PARA CERRAR IDEAS (O RECORDATORIO PARA CUANDO SEA VIEJO)

Después de mirar las cosas desde el punto de vista negativo, y aunque este post en principio iba a ser un poco más duro, a la luz de ciertas cosas que pasan, pero que planteé como posibles desde hace tres semanas, creo que es tiempo de mirar las cosas desde un punto de vista más esperanzado, y más esperanzador (espero :-D). Al principio iba a escribir un catálogo acerca de cosas, actitudes, que creo, pueden hacer que esto sea algo mejor ("esto" tradúzcase como "la realidad en que vivimos, en el lugar donde vivimos, con los hechos y situaciones que nos toca afrontar, padecer, gozar, agradecer todos los días"), pero preferí comenzar con ejemplos concretos, y después divagar un poco.
Con todo, me permitirán decir lo que pienso brevemente sobre hechos de esta semana.

EL SEÑOR LOPEZ Y ALGUNAS PUERTITAS QUE SE ENTREABRIERON

Sinceramente, la desaparición de López va a marcar algunas cosas para el futuro.
Primero, creo que, más allá de, por ejemplo, las discusiones entre Kirchner y algunas personas de la Iglesia (no creo que quiera pelearse con la Iglesia; supongo que habrá aprendido por las malas con Perón, que no podés pelearte con ese poder porque tiene -en algunos de sus componentes jerárquicos y laicos caracterizados- gran influencia, por ser parte, en la oligarquía nacional, son la perfecta excusa para tapar, por ejemplo, el secuestro y desaparición -hasta ahora- de López, una espina en el gobierno, y, esperemos, que el Gobierno Nacional -de Solá no creo porque es inútil hasta para eso- no esté detrás de esto. Aunque me siguen pareciendo sospechosas algunas actitudes -más allá de que a Kirchner y su esposa los creo capaces de cualquier cosa, como a casi cualquier peronista, a fuer de ser sinceros.
Segundo, como dije hace tiempo, y como los filósofos oficiales disfrazados de independientes del Gobierno -pienso en un Ernesto Tenembaum- me reafirman en mis ideas al expresar exactamente lo contrario, yo sí creo que las Fuerzas Armadas, la Policía Federal, la Gendarmería, tienen aún fuerza para voltear cualquier gobierno democrático. Digamos, consenso están empezando a tener. Ya cada vez estoy más cansado de escuchar a esta gente de clase media decir que "con los militares estábamos mejor".
Tercero, este pensamiento es posible porque esta es una sociedad poco solidaria, poco comprometida con algo más que su bolsillo y su propia seguridad, y en algunos casos, que por lo menos espero sean la mayoría, también con su familia. ¿Pero con lo que le pasa al resto de sus conciudadanos? Olvidalo.
Cuarto, esta es una sociedad que no mira más allá del ombligo. Entonces, como dije antes, le es más fácil entrar en la onda Blumberg y compañía -dentro de los que se encuentran gente como policías que están suspendidos o fueron expulsados de la fuerza por ser deshonestos, cuando menos, pero aparte, medio tontos porque todo el mundo se daba cuenta de lo que hacían (si es por chorros y asesinos hay que borrarlos a casi todos y meterlos preso, no simplemente sacarles la placa)-, que pedirle al gobierno medidas integradoras.
Quinto, gracias a Kirchner y sus discursos desaforados y destemplados, que investiga en los derechos humanos violados en los 70 pero que sin que se note, criminaliza la protesta actual, sobre todo si es de parte de dirigentes que no le apoyan en todo a él, y permite por voluntad u omisión que esos que estaban semiescondidos ahora estén saliendo a la luz, están también surgiendo las cosas más "insólitas" de cierta parte de los integrantes de los medios más alineados con los sectores hiperreaccionarios del país, por ejemplo, un Joaquín Morales Solá, que dice en su columna de este domingo en LA NACION.
Dice este periodista:
"En la Argentina, que fue desde su invención un país de inclusión social, es, en cambio, el discurso del poder lo que separa y confronta. Basta escuchar los discursos presidenciales, con más efectismo que calidad, para descubrir ese mensaje de fragmentación."
Más allá de argumentar con lo primero que se le venga a la cabeza para criticar a Kirchner, en un tipo tan inteligente como Morales Solá, la primer frasecita es menos disculpable en él que en otros:
¿La Argentina, país de inclusión social? ¿Donde vive este muchacho? ¿En Dinamarca? ¿En Suecia? ¿En Bélgica? ¿O sea que Roca con su matanza de aborígenes intentó integrar...? No, no es posible, qué tonto que soy... ¡Ahora está todo claro! Y un Sarmiento... ¡Sarmiento también quería un país de iguales! ¡¡¡Dios!!! Snif... Snif... Ahora recién me doy cuenta... Snif, snif... Ahora mi vida tiene sentido... ¡Dios, quién pudiera haber nacido en un país así... una república de iguales!!! Buaaaahhh... ¿Ah, era todo una mentira? Che, no se jode así con la ilusión de una pobre tipo...
Bueno, cierto, está trabajando en el medio que fundó Bartolomé Mitre, un "integrador" de aquellos... En Paraguay supongo que todavía deben recordar el genocidio en su población que organizó junto con brasileños y uruguayos... Pero igual, vos sos un tipo muy inteligente, así que ¡dejáte de joder, Morales Solá!
Y sexto... Ya lo dije, pero repito: esta sociedad, por lo menos la porteña y la que vive en el conurbano bonaerense, son eminentemente golpistas. Lo demostraron al voltear a De la Rúa. Lo demuestran cuando empiezan a reclamar a viva voz "por qué no vienen los militares a salvarnos"... Es difícil construir algo en una sociedad así.

Pero basta... Pasemos a aspectos más simpáticos.
Por empezar, no olvidemos... ¡EL MÁS GRANDE SIGUE SIENDO RIVER PLATE!
Jajajajajajajaja... Sepan disculpar mis queridísimos amigos de Boca, pero bueno... Pese a Passarella, y gracias a Dios que no estuvo Gallardo, ¡hay que festejar lo que no pasa muy seguido!

ACTITUDES QUE RECONFORTAN

De estos últimos tiempos, rescato dos, entre otras tantas:

De una ya hablé. Es la de los chicos de quienes hablaba en el primer post con este tema, los estudiantes secundarios de Lomas de Zamora, de la Escuela Nacional Antonio Mentruyt. Chicos que intentan mirar más allá, seguramente en contra de la opinión de sus mismos padres, de algunos maestros, del barrio donde viven que los deben mirar como seguramente miraban cuando se llevaban a gente en los Falcon y decían "algo habrán hecho".
Pero bueno, insisto... Gente que pelea por su dignidad y la de sus pares, se merece reconocimiento y apoyo. Y que la gente esté junto a ellos, que no reclaman nada más que lo que les corresponda, estudiar en condiciones dignas.

Y otra actitud que me ha despertado mi simpatía y admiración, fue la que adoptó el marido de la mujer asesinada en Palermo, María Pía Guglielmi (de quién hablé en el primer post con este tema), Carlos Báez.
Él se vió envuelto en dos episodios ajenos a su voluntad, primero con el general retirado Miguel Giuliano, luego con Juan Carlos Blumberg.
Del primero dijo unas cosas que me dejaron pasmado, porque reveló para mí lo que creo son los primeros sondeos para que la oligarquía tome nuevamente el poder mediante su brazo armado, ya que parece que el poder político actual no le convence demasiado... ¿Será que se habrá dejado movilizar demasiado a las masas?

Recordemos ahora los hechos que relacionaron a Guglielmi con Giuliano. Éste último dijo que no era en vano que la mujer fuera hermana de un militar, y que en su asesinato debía seguirse esta línea de investigación, porque es obvio que en este momento los militares se encuentran perseguidos por la guerrilla que alcanzó el poder.
Extraigo ahora unos párrafos afanados del diario El Dia.com, donde Báez explica claramente cuál era la real relación de Giuliano con su esposa y madre de su bebé:

"El marido de María Pía Guglielmi le pidió hoy -7 de junio de 2006- a la ministra de Defensa Nilda Garré que «le caiga con todo el peso de la ley» al general retirado Miguel Giuliano, quien vinculó el crimen de su esposa «con cuestiones políticas», e imploró al periodismo que no «abandone el caso hasta que se encuentren a los culpables».
«Le pedí hoy a la ministra que tome todas las medidas con este personaje (por Giuliano), porque es nefasto lo que hizo. Se burló del dolor nuestro a beneficio propio», dijo Carlos Báez en declaraciones a la prensa.
El marido y padre del bebé de tres meses de Guglielmi aseguró que le solicitó a Garré que «le caiga a ese personaje con todo el peso de la ley».
«Yo no sé por qué fue al velatorio, ni siquiera lo conozco, pero fue una burla», explicó el marido de Guglielmi, quien es hermana de un coronel en actividad.


Después fue el turno de Blumberg, quién lo convocó para que estuviera en una de sus marchas pidiendo seguridad. Muchos de los textos que siguen los saqué del sitio Corrientes Digital:

Carlos Báez es papá de un bebé de cinco meses y tiene motivos para quejarse: el 5 de junio perdió a su mujer, María Pía Guglielmi, cuando un grupo de delincuentes la mató en un intento de secuestro. Pero Báez afirmó a Télam que no participará de la marcha convocada por Juan Carlos Blumberg porque es «una calesita donde se mezcló todo».
Opinó que, si la marcha fue politizada, se debe a la acción de «los políticos que van a participar» a los que incluyó entre los responsables de la inseguridad.
«Es como una calesita donde se mezcla todo, no tiene sentido. Dicen que no es una marcha política. ¿Por qué están ahí los políticos?», preguntó.
Báez explicó que «no tiene que ser una marcha contra el Presidente, porque al Presidente no le gusta que haya delitos, como a nadie, pero hacerla a Plaza de Mayo por seguridad, y aceptar que se prendan todos los que son candidatos, me parece que es querer colgarse de la cruz de Blumberg, de mi mujer, del dolor ajeno por un beneficio propio, por eso no acompaño esto».
«Es válido el dolor, pero no voy a dejar que mi dolor sea utilizado por esos delincuentes vestidos de señores, porque ni siquiera saben explicar cómo hicieron su fortuna», apuntó.
Esta decisión de Báez se suma a la de la Agrupación Madres del Dolor, que ayer se pronunciaron en contra de los postulados de la marcha convocada para mañana, tras señalar que «la política y la policía de la mano dura ya demostraron que generan más muertes y excluyen a la parte más necesitada de la sociedad».
«No puedo acompañar la marcha bajo ningún punto de vista. No puedo acompañarla porque si bien hay un desalmado que disparó un arma, también hay un desalmado que le puso un arma», dijo Carlos Báez, esposo de María Pía Guglielmi, quien aclaró que «comparte» el dolor de Blumberg como padre.
Báez manifestó: «¿Quién puede estar en contra de que haya seguridad? Nadie. Pero si los que piden seguridad son los que generaron la inseguridad como (Mauricio) Macri, (Ricardo) López Murphy o (Patricia) Bullrich, que son los que dañaron tanto a la gente, no se puede compartir la marcha».
«No estoy de acuerdo con el reclamo en sí, ni como se hace, porque no se puede compartir la calesita con los que generaron esto», dijo.
Además, el marido de María Pía Guglielmi, que fue asesinada a tiros al ser interceptada por delincuentes en Olleros y Libertador cuando se dirigía al banco, añadió: «Entiendo a Blumberg, que no tiene nada que perder, pero por sumar más gente, suma a estos tipos que a mi criterio son los que sometieron a los trabajadores, cerraron fábricas y se fueron de jarana a Punta del Este».


Clarito, ¿no? Sería tan fácil para él sumarse a pedir más carcel, más penas, balas para los delincuentes, sobre todo con lo abrumado que debe sentirse en su dolor, como seguramente lo está Blumberg.
Pero no. Él prefirió poner a un costado su pena, su dolor, sus resentimientos, y tratar de ser objetivo, cosa que la mayoría no hacemos usualmente.
En suma... que alegra ver a un tipo que no va por la solución fácil en este tema de la inseguridad, tema sobre el que se están montando todos para caerles bien a la gente, o por lo menos, para posicionarse mediáticamente, o para marcar en cualquier tema sus diferencias con el gobierno. Y es ahí lo peligroso, porque uno puede confiar en la buena intención de las personas, pero también debe revisar el historial de algunos de los que están a tu lado. Y si estás rodeado de policías acusados de abuso de autoridad, tipos que están suspendidos de las fuerzas de seguridad, hermano, no te quejes de que se acuse de lo mismo, porque como dice el refrán, "dime con quién andas y te diré quién eres".

COSAS QUE ME DUELEN

No sé por qué, pero quiero aclarar algunas cosas:

  • Me duele profundamente lo que le pasó a Blumberg. Es más, hace tiempo tal vez hubiera dicho lo mismo que él. Cuando hablo de él, y no creo que hasta el momento, haya sido claro, no quiero que lo borren del mapa, es más, tampoco creo, como dicen algunos carteles idiotas que pegaron por el Microentro de Buenos Aires, que explote la muerte de su hijo para postularse. Eso sólo puede hacerlo alguien para quién lo material que posee o ansía poseer, lo pone como su meta principal, y todo lo demás es secundario. Sino, recuerden a Menem y cómo usó como caballito de batalla la muerte de su hijo para lograr que lo voten en 1995. No digo que no lo hayan votado por otras razones (la supuesta "bonanza económica de los 90" contribuyó mucho), pero que él la usó, la usó. Y a Blumberg no lo veo un nuevo Menem.

  • Lo mismo digo de Bonafini. La veo y me pregunto cómo debe ser no saber donde está tu hijo, no poder despedirte de él, sentir no poder haber hecho más por él. Por eso, entiendo muchas veces su exaltación, su oratoria confrontativa, poco prudente. Porque en un tiempo, no olvidemos, la prudencia significó ni más ni menos que complicidad. Pero los tiempos cambian, y no sé si ahora es tiempo de ir al choque todo el tiempo.

  • ¿Entonces qué combato de ellos? Más allá del respeto que pueda tener por lo que piensan, cuestiono, desde mi estupidez y mi ignorancia, desde lo poco que puedo llegar a analizar de nuestra cotidianidad, que muchas de las cosas que profesan excluye más que integra en un caso, hace vivir en un odio y un rencor perpetuo en otro. Y eso no quiere decir que en un caso, no note uno que la inseguridad es un tema, sobre todo para los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pero en las provincias suceden cosas peores que estas (pensemos sino en el feudo de los Juárez, Santiago del Estero; el feudo de los Menem y los Yoma, La Rioja; el feudo de los Rodríguez Saá, San Luis, donde la gente común que se opone a su gobierno -sea el hermano que sea quién gobierne- desaparece y nadie investiga nada ni hace nada). ¿Y uno por qué cuestiona entonces el tema de la seguridad? Pero la falta de solidaridad porteña con lo que pasa en el resto de Argentina, como decía ese famoso poema de Martin Niemöller que algunos se lo atribuyen erróneamente a Brecht, si algo no me interesa porque a mí particulamente no me afecta, esperemos y tarde o temprano también me tocará a mí.

  • Eso me jode particularmente, actitud que tenemos con una habitualidad pasmosa: la falta de solidaridad con el otro, el pensar todo el tiempo que sus problemas son de él, que los que tienen la responsabilidad de que estén bien o pasen por esa situación (por ejemplo, hablando de los chicos de la calle) son los padres, su familia, el gobierno, Juan de los Palotes sino queda nadie. ¿Y a nosotros cuándo? No, para mí la opción es mirar al costado, "total, yo nunca hice nada, a mí no me van a venir a buscar, algo habrán hecho, mirá como se viste"

  • La falta de autocrítica personal, el no querer mirarme a mí mismo con la misma rigidez y firmeza con que miro con gesto ceñudo a los demás, pensando que si todos fueran como yo todo sería mejor -aunque de la boca para afuera digamos otra cosa-, el creernos dueños de LA VERDAD, el ser sentenciosos en nuestras palabras, en nuestros gestos. Generamos mucho dolor a nuestro alrededor, mucha exclusión, lastimamos demasiado, y lo peor es que no nos interesa aunque nos lo señalen a los gritos, o hacemos todo el esfuerzo posible para que no nos interese.


¿Y ENTONCES?

Sé positivamente que no puedo cambiar a nadie.
Como también sé positivamente que sólo puedo cambiarme a mí mismo.
Gradualmente.
Paso a paso, tomando prestadas palabras de otra gallina famosa.
Si se quiere, teniendo en cuenta algunas cosas que uno fue entendiendo o desentrañando (o tomándolas como tales) a lo largo de los años, válidas simplemente para mí.

  • Saber que lo que hago, las decisiones que tomo, en cualquier momento, afectan a la totalidad de mí mismo

  • Que estas mismas decisiones, tomadas en circunstancias poco relevantes, influirán al momento de decisiones relevantes

  • Que toda decisión es una opción, por tanto, tengo que reafirmarla todos los días

  • Que desarrollar un criterio propio cuesta

  • Que pensar por uno mismo sin dejarse llevar por las opiniones o verdades de los demás cuesta

  • Que analizar toda información que le llega a uno por cualquier medio cuesta, y cansa

  • Que ser sincero con los propios gustos, verdades e inclinaciones de uno, cuesta

  • Que buscarme cuesta

  • Que encontrar mis propias verdades cuesta

  • Que repensarse con honestidad intelectual cuesta

  • Que hacer lo correcto no es lo común, no es fácil, no es rápido, cuesta y sobre todas las cosas, está mal visto en muchos ámbitos

  • Que respetarme a mí mismo es lo que lleva a que encare con fuerza lo anterior

  • Que respetar al otro en su totalidad es el siguiente paso

  • Que saber que soy único, y que esa característica comparte el otro, es lo que lo hace único e irrepetible como a mí, y que por eso mismo, mis pensamientos con respecto a ese que es un igual, deben ser de respeto

  • Que por su misma unicidad e irrepetibilidad, no va a ser igual a mí

  • Que si alguna elección suya puede parecerme aborrecible, lo mismo puede pasarle a él con alguna elección mía

  • Que toda elección es respetable, siempre que no lesione ni dañe de forma parcial o total, reversible o irreversiblemente, a el otro

  • Que si la elección del otro daña a mí o algún otro, un tercero también único e irrepetible, debo impedirlo con los medios con que cuente en ese momento, sea denunciando, señalando o oponiéndose físicamente a ese que daña, tratando de no dañarlo a él en el proceso

  • Que los ideales no son una utopía, sino una meta

  • Que todo edificio se construye ladrillo a ladrillo

  • Que todo esfuerzo puede ser en vano

  • Que la mejor de las intenciones puede malinterpretarse

  • Que con la mejor de las intenciones puedo cometer el peor de los errores

  • Que la humildad no está reñida con la pelea por el respeto a la dignidad individual y colectiva

  • Que peleando por lo que es justo puedo quedar solo, incluso por aquellos por quiénes uno lucha

  • Que una multitud apoye una idea o postura mía, no quiere decir que esté correcta, como que estar hablando en medio del desierto signifique que es incorrecta

  • Que reconocer un error, admitir una equivocación, pedir perdón, no es signo de debilidad sino de entereza y honestidad

  • Que a veces debo renunciar a mis propios intereses, en pos de un beneficio mayor



¿Idealismo? ¿Estupidez? Es posible. Pero es lo que soy. Me indignan muchas cosas, sobre todo, las injusticias a los indefensos. Me duelen hasta un punto que es difícil de describir.
Pero ese dolor no me hace mejor. No soy un buen tipo por eso. No rozo siquiera a lo que uno podría decir ser un buen tipo.
Soy uno más. Soy tan mediocre como cualquiera, a lo mejor peor. Pero lo admito.
Y creo que si hay un mal que tenemos que solucionar como sociedad, es el no admitir, no aceptar realmente que podemos equivocarnos, que elegimos mal, que podemos hacer algo mejor si lo intentamos, si no nos dejamos ganar por nuestra comodidad, por nuestro hedonismo, si pensamos que un futuro mejor lo es si construimos una sociedad que piense en todos como iguales en cuanto acceso a cosas esenciales -comida, vivienda, educación- y entonces ahí sí, nuestros hijos y los hijos de nuestra familia y amigos y vecinos, no padecerán inseguridad, no temerán que ninguna fuerza armada tome el poder, no desaparecerá gente, nadie tendrá como excusa matar a nadie para alcanzar ninguna igualdad.
Es utópico, ingenuo, tonto, lo sé... ¡pero creo en esto!

Pero en las pocas veces que todos esos puntos que parecen muchos pero en verdad son uno, pude hacerlos realidad en mí... qué bien se siente cuando sé que tomé la decisión que tomé, porque estaba convencido, que no me traicioné ni traicioné conscientemente ni a mi familia, ni a mi comunidad ni a la humanidad de la que formo parte.
Nada hay como sentirse bien, en paz, con lo que se hizo, con la acción que se realizó.

Y sólo puedo decir eso... que si no somos mejores personas, que si no partimos del respeto por el otro, esto nunca va a cambiar, porque esto nos concierne a todos.
Y creo que cuando nos percatemos de que respetando lo anterior, y que eso implica que mi ideal puede diferir del de otro, y que la risa y el llanto y el dolor y la frustración y la plenitud y el amor y la muerte son parte de este ejercicio de vivir, y que animándome a vivir según mi ideal puedo caer en todos y cada uno de estos estados, y que está bien porque de eso se trata vivir, entonces podremos decir que el primer, importante, valioso paso, lo habremos dado.
Pero también sabiendo que lo más importante de todo camino es llegar a la meta, no sólo quedarnos en el primer paso.

Gracias a todos, disculpen el exceso de sueños expresados al último, que rompen con el tono de los post anteriores, pero aunque parezca descolgado, creo que tiene mucho que ver con mi visión de cómo hacer de éste un país justo y solidario.

De nuevo, gracias por leerme. Saludos a todos y que tengan una linda semana.

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