martes, octubre 03, 2006

SOBRE ALGUNAS COSAS QUE SE VEN, OTRAS QUE SE INTUYEN V

DOS PERSONAJES


La realidad da de comer... En este caso, Hebe de Bonafini y (otra vez) Juan Carlos Blumberg.

VIEJOS Y NUEVOS PARECIDOS


Si de algo sirve todo lo sucedido alrededor del albañil Julio López esta semana, es la ejemplificación de esto que dije antes, que la izquierda y la derecha se dan la mano en lo peor. En este caso, en sus dos exponentes más mediáticos por estos días: Juan Carlos Blumberg y Hebe de Bonafini.
Como muchos de ustedes sabrán, Blumberg mantiene una vieja disputa con Arslanián, relacionada con el secuestro y muerte de su hijo Axel el 23 de marzo de 2004, sobre ciertas medidas que el ingeniero experto en seguridad quería que Arslanián hiciera pero no hizo. ¡Pero cómo no lo va a oír si organiza marchas de cien mil personas!
Uno, está claro, no puede pedirle racionalidad, por lo menos durante un tiempo, a una persona a quién le asesinaron a su único hijo. Pero sí puede, debe uno cuestionarle cuando se quiere poner como referente en este tema tan delicado como es el de la inseguridad que padece el país.
Blumberg, estos días, se ha ocupado por cualquier medio de echarle la culpa a Arslanián por el secuestro de López, lo que a uno le obliga a preguntarse: ¿Él, que dice que viaja a Estados Unidos, que lee leyes todos los días, que se instruye para saber de qué le hablan, no sabe que siendo López testigo en una causa federal, su seguridad no depende de ningún ministro de seguridad provincial, o quién esté a cargo de ella, ni de ninguna policía provincial, sino que su custodia es una potestad de la POLICÍA FEDERAL?
Pacece que no, obvio, uno no tiene por qué desconfiar de Blumberg (je), y aunque lo sepa, sabe que, por empezar, muchos de los periodistas "especializados" no se van a hacer esta pregunta tan obvia, y van a repetir sus palabras como loros. Total... a las palabras se las lleva el viento.

YA QUE ESTAMOS... DICHOS Y HECHOS


Con respecto a Bonafini, mucho no puedo ni tengo ganas de hablar. Como dije, hace años, por razones particulares, la conocí, y desde entonces que esta señora me cae muuuuy mal, así que es probable que no sea objetiva con ella. Pero sí vamos a repetir sus afirmaciones con respecto al secuestro de López, para que se entienda qué quiero decir:

(Extraído de los diarios en línea LA NACION y Clarín.com)

  • "Para nosotros (López) no es un típico desaparecido. No fue militante, hay que investigar su trayectoria"

  • "Llama la atención que (López) viva en un barrio de policías y que su hermano fue policía"

  • "(López) Era un tipo al que no lo quería nadie, estaba muy apartado porque su padre era comisario"

  • "Las Madres lo conocemos muy bien (a López). Se trata de una maniobra muy bien organizada para destruir la política de derechos humanos que está haciendo el Gobierno."


Creo que tanto sus familiares como el gobernador de Buenos Aires (ver esta y esta página), respondieron estos dichos con acierto, tanto como el juez de la causa, la otra secuestrada que declaró contra Etchecolatz, así como la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora, Tati Almeida, y de la referente de la Asociación Ex-Detenidos Desaparecidos, Adriana Calvo.
Yo sólo me pregunto: ¿Si pelea de mi lado, secuestrarlo está mal? ¿Si no es de los míos (así sea un neutral) está bien? No sé por qué, me hizo acordar a Julio Cortázar, cuando defendía la invasión a Checoslovaquia por parte de la Unión Soviética, porque era un mero accidente en el devenir de la libertad futura en nombre de la patria comunista, pero en cambio, la invasión de Estados Unidos en cualquier territorio era una muestra del imperialismo que había que combatir.
¿Esto quiere decir que lo que hace uno y los que están con uno es incuestionable? ¿Sólo es reprobable lo que hacen los que no están con nosotros? Sigo pensando que esa mirada es peligrosa, porque es la mejor muestra de que, no importa quién gane, sea con los que están con Blumberg, sea los que están con Bonafini, estamos perdidos, porque en el poder, sólo buscarán eliminar a todos los que sean distintos.
Y por último... Si en serio, Bonafini y sus compañeras lo conocen de hace tiempo a López... ¿por qué hablan ahora, por qué no lo denunciaron antes?
Es decir, lo de Blumberg es tan patético que habla por sí solo, pero el problema es cuando hay muchos que defienden a Bonafini por la lucha hace veinte años (una pelea real, no inventada, poniendo la cara frente a los militares cuando nadie lo hacía; eso uno no puede ni debe olvidarlo, porque es fácil mirar con un sólo, máxime si del otro lado está la oligarquía a pleno), pero no sé... alguien que defiende los atentados de la ETA en España, que se alegra por la matanza de tres mil personas en las Torres Gemelas, no es alguien con el suficiente equilibrio ni objetividad como para seguir a pies juntillas. Máxime si esa separación entre los tuyos y los míos significa muerte para unos y para otros, y si intentás decir que no estás de uno ni de otro lado, porque ambos tienen puntos rescatables y puntos que no, entonces sos el enemigo... paso. Al igual que Blumberg, ¿no?, quién, creo al igual que Bonafini, razona desde el dolor y la impotencia de no haber hecho más en su momento, de confiar en quién no debía, y hasta remordimiento, parece, por el énfasis que pone en ciertas cosas que a cualquier otra persona, alguien con sentido común le diría que dice disparates.
El mejor ejemplo, hablando de lo que expresa Bonafini, de que no podés tener parientes policías, porque entonces tu familia te condena a ser lo mismo que ellos fueron, lo da Susana "Piri" Lugones, como ella se presentaba, "nieta del fascista, hija del torturador". Digo, da el ejemplo en contrario.
Si recordamos, Leopoldo Lugones fue poeta, y en el camino, cambió tantas veces de convicción como dudo que de camisa. Fue roquista, anarquista, socialista, marxista, fascista y católico ortodoxo, a lo largo de una vida en la cual terminó suicidándose con cianuro en un hostal en Tigre, provincia de Buenos Aires. Leopoldo Lugones hijo fue policía, líder de la Sección Especial de la Policía Federal, perseguidor de la oposición política en los mandatos del general Aramburu y de Justo (la llamada Década Infame), y quién instauró el uso sistemático de la picana eléctrica como método de tortura para con cualquier detenido, y quién también terminó sus días suicidándose pero con disparos. Su hija no siguió ese camino. Fue periodista, traductora, militante en la izquierda peronista, amiga de Rodolfo Walsh y compañera de Osvaldo Bayer en el viaje de él a la Cuba recién conquistada por Castro. Secuestrada por los militares a fines de 1977, fue asesinada en febrero de 1978.
Sip. ¿Qué otra cosa podía esperarse de la hija de un torturador y nieta de un fascista que una luchadora por un país mejor, lejos del manejo de lo peor de la oligarquía nacional? Está en los genes, señores. Está todo escrito en los genes, qué le vamos a hacer.

¿Y ENTONCES QUÉ NOS QUEDA?


Hablando en serio, creo que si uno no encuentra el equilibrio que reclama, entonces es uno quién tiene que buscarlo, proponerlo. Y ver, como decía Ernesto Tenembaum el sábado anterior en su programa de radio, que ciertas actitudes igualan a una luchadora por los derechos humanos con los terroristas de Estado... sobre todo si pensamos que Hebe, al principio, estaba en la onda Blumberg de pegarle al gobernador Solá y a Arslanián, pero luego de charlar con Néstor, fue cuando empezó a pegarle al desaparecido, pasando entonces la víctima a ser victimario... La verdad que la mejor comparación la hizo el juez Carlos Rozanski -quién condenó a Etchecolatz- diciendo que sostener eso, pedir que se investigue al desaparecido, como pidió Bonafini, es como cuando a una víctima de violación le preguntan por qué andaba con una minifalda tan corta, por qué se vestía tan provocativamente. O como cuando se decía en los 70 y los 80, "y... si lo se lo llevan, es porque algo habrá hecho".
Por eso, sinceramente, me agradó que desde todos lados le cuestionaran sus dichos a Bonafini, porque entrar en esa lógica, no importa la relevancia ni la historia de quién la diga, es permitir nuevamente actitudes irracionales, que fueron las que llevaron al surgimiento del terrorismo de Estado prácticamente desde que se instaló la Constitución en este país.

¿PERO... PERO...? ¿SIEMPRE TIENE QUE HABER UN PERO?


Solamente me gustaría que todos los que le tiraron con artillería pesada a Bonafini, pusieran igual énfasis para cuestionar la violencia implícita que llevan las palabras de Blumberg todo el tiempo.
¿O porque es un empresario, alguien que se codea con los Macri y lo peor de la derecha (la misma derecha asesina que gobierna desde siempre el país, recordemos), no puede ser atacado, y es a veces hasta exaltado como un prohombre de la Patria?
¿O será porque los medios tienen puestas expectativas en este hombre?
¿O a la mayoría de los medios no le parece cuestionable que el tipo pida la cárcel para menores de edad?
¿O no les parece repudiable que pida también penas para los padres de los menores que delinquen?
¿O son aplaudibles sus exigencias de que los empleados judiciales trabajen doce horas al día para hacer más eficiente la justicia?
¿No son poses reaccionarias?
Vamos... no... sería demasiado pensar que los medios crearon a este tipo como una manera de influir en algún próximo gobierno, ¿no? Y de paso poner sus propias ideas con respecto al respeto que se merecen para ellos (los grupos empresarios, digo) los obreros y los pobres, ¿no? (pensemos, sino, en el amigo Hadad, que fue en un principio quién en el Canal 9 -milimetros- y en Radio 10, más impulsó mediáticamente la figura de Blumberg).

Seguimos en otro post, así no mezclamos ideas. Gracias por leer hasta acá.

No hay comentarios.: