Le debo esta reflexión a una de mis tres mejores amigas que es Julieta (y que no creo ni que en chiste pase por acá, así que puedo hablar libremente de ella sin decir nada que pueda disgustarle).
Una de esas cosas que a ella, por ejemplo, no le enojan pero... le molestan de mí, es que, desde que la conozco (y vi sus estados de ánimo desde estar MUY arriba hasta estar tirada por el suelo) siempre mantuvo un espíritu, una mirada, superior a cualquier persona que conozco.
Y eso también hace que cuando estoy con ella, muchas veces me quede callado sin decir nada porque con ella es de las pocas personas que siento que rellenar el silencio con pavadas es humillarla. A ella siempre la contemplo y si en mí hay algo que alguna vez quisiera tener de sí, es su serenidad, aún en lo más bajo y tormentoso de la vida.
Ella, obvio, no se ve así, me acusa de que proyecto cosas mías en ella (nunca entendí bien el sentido de ésto, y tampoco se lo pregunté, pero a mí me pareció siempre que esto podía traducirse como "pongo en vos todo lo que yo ansío ser y no soy, y teniéndote de espejo, me proyecto hacia vos porque vos sos lo más perfecto en orden a aquello que anhelo". ¿Se entendió? Bueno, eso es lo que siento, jajajaja).
También me dijo que veo ilusiones en ella... y yo digo que si llevo dos milenios viéndolos, entonces. Y yo he estado arriba y he estado abajo, y esta sensación ante ella, de admiración y respeto, nunca se fue. Y en mi noche más oscura he sentido su mano amiga sosteniéndome.
Hoy, charlando con ella, me dijo algo que venía a cuenta con lo que la estimada No Te Salves ha dejado de regalo en nuestros buzones estos días, deseos de paz.
Y aquí vamos a lo que es la paz en el sentido más estricto, no teniendo para nada en cuenta el término político ("período entre dos guerras") sino al religioso.
Como sabrán y los habrán aturdido a algunos en clases de religión, religión viene de un término latino que significa "re-ligar". Para el cristiano, ¿qué es lo que se "re-liga"? La relación del hombre con Dios, la relación que el primer pecado cometido por el hombre (sea el primer ser, o la primer comunidad de seres, que en su yo más íntimo tuvo un alma racional, se pensó a sí mismo, distinguió la existencia de algo más que los deseos animales en sí) perjudicó.
En este estado, la paz significaba equilibrio. Roto el vínculo, el hombre no vivió en paz, porque no estaba equilibrado, al no sentir la presencia de Dios acompañándole, y de ahí entonces, trabajar la tierra, vivir, es todo penoso y lastimoso. Jesús (que en hebreo significa "Dios -Yahvéh- salva"), al ser hombre y Dios, une de una vez para siempre a la humanidad con Dios, de modo que nada podrá romper ya esta unión.
Pero volvamos a la parte de paz sin esta connotación salvífica. Paz es, ante todo, equilibrio. Es aceptar la vida como algo que está lleno de contingencias.
¿Por qué contingencias? Si recuerdan, las tablas de lógica estaban compuestas de estamentos verdaderos y/o falsos. Si algo daba todo verdadero, se decía que era una Tautología. Si daba todo falso, era una Contradicción. Si era a veces verdadero, a veces falso, se decía que era una Contingencia.
En nuestra existencia, una de sus definiciones y que nos interesa es que somos seres contigentes, esto es, como somos, podríamos no haber sido. Ser, existir, es algo contingente, no es algo regido por reglas que se cumplen sí o sí. De hecho, pensemos lo nuestro de esta manera. Durante un millón de años, desde que se calcula que existió el primer hombre, no fuimos, no existimos. Ahora, somos. Pero algún día, más pronto o más lejos, moriremos, y durante muchos millones de años más y para siempre, jamás volveremos a ser.
La Paz, aquella que desde los cristianos hasta los budistas anhelan que reine en el ser de uno, es aceptar esto, entender que como somos, podemos no ser, y que es natural.
Es natural la felicidad y la amargura.
Es natural el llanto y la risa.
Es natural el gozo y el dolor.
Es natural el sufrimiento y la dicha.
La Serenidad de espíritu que muchos buscamos, no se logra de un momento a otro. Muchas veces, me ha pasado, uno creyó que ha perdido el tiempo con ciertas personas o en distracciones que no llevaban a nada positivo nuestra vida. Pero fue una sensación, un pensamiento, una idea que, por suerte, dentro de toooooodas las cosas negativas que tuve y tengo, nunca tuvo mucho asidero en mí. No puedo precisar desde qué edad exacta llegué a esa conclusión, pero sé que desde los veinte años, nunca creí que nada de lo que uno hiciera podía considerarse pérdida de tiempo, porque todo, siempre, algo nos deja.
Dentro de esta Serenidad de espíritu que anhelo para mí, digo que un paso positivo es
decir que algo que muchos considerarían perjudicial para uno que es enfermarse gravemente, no lo es, porque le ha ayudado a uno a mirar las cosas de otro modo. Tal vez fue un modo medio drástico, pero me dio una enseñanza que de otro modo, habría costado más aprenderla. También, hay que ser honestos, muchas de las cosas que pude confirmar estaban ya en brote tierno en mí, pero ese golpe violento le dio una vigorosidad que lleva a uno a aceptar algunas otras cosas, aún estar en medio de la tormenta y sin brújula, como algo que pasará.
Y esto que aún a pesar de todo, veo realmente muy lejano todavía en mí (voy caminando a veces y no puedo dejar de indignarme con furia violenta contra ciertas cosas, o dejar aflorar ciertas animosidades poco constructivas, por poner un ejemplo), es lo que anhelo para todos ustedes y el país: que alcancemos una paz de espíritu tal, que aprendamos a vivir en armonía, en entender que las cosas van y vienen, que lo que ayer fue será mañana, y que nosotros somos como somos y aceptarnos y no luchar contra uno mismo sino aceptarse y avanzar con o a pesar de -uno elige el modo, no estoy seguro aún de cual de los dos términos responde a una espiritualidad más elevada; creo que depende de qué cosa estemos hablando- nos hará ser mejores, nos hará ser mejores personas, nos ayudará ser mejores seres en comunidad y así, crear una sociedad más justa, menos apremiada por el mañana y más viviendo el hoy.
Paz. Para todos nosotros. Paz.
