FELIZ NAVIDAD :)

Para mí, este es un tiempo muy especial. Siempre, desde hace veinte años, lo es.
Un tiempo donde me digo que muchas de las cosas que nos pasan, nos pasan por querer vivir en un mundo sin Dios, no con las reglas de los católicos o de ninguna otra religión, sino de Dios, un mundo que no ama, que considera a todos mercancía para vender.
En ese mundo, obviamente, quién cree en la paz, en la concordia, en dejar de lado los intereses personales para atender, aunque sea UNA vez los intereses del otro, en la no explotación del hombre por el hombre, en anteponer la VIDA de cualquiera ante la muerte (y hablo de la VIDA de CUALQUIERA, sea éste un obrero, un niño, una madre, un policía, un asesino... ¡quién sea!) o ante la venganza o ante cualquier cosa que no implique respetar al otro, aún cuando el otro no nos respete.

Y este año, decía, es mucho más especial, porque esto que parecen simples palabras lanzadas al olvido en el viento... en muchas cosas que eran significativas para mí, me ha sido mostrado que es verdad, porque no es una idea mía, sino que parte del mensaje mismo del corazón cristiano, eso que parece a este mundo tan estúpido como ofrecer la otra mejilla (y no en un sentido de "aguantemos todas las humillaciones" como se pensaba antes, sino en el sentido de "no importa cuanto lo intentés, cuánto me menospreciés; mi dignidad no viene dada porque intentés humillarme o no; y me quedo aquí para mostrarte que no es necesario responder a la violencia con violencia para vencer al violento"), o tender la mano hacia el que te lastima...

En verdad, creo que copiaría textual ese capítulo que es... (déjenme buscar en la Biblia de mi biblioteca)... Lucas capítulo 6, versículos 27 al 42. Es un texto precioso, que resume (ahora me doy cuenta) muchas de las cosas que he venido pensando y repensando este año.

¿Y entonces?

Creo que este niño que está por nacer, como todo niño, nace indefenso.

Muchas de las cosas más valiosas en nuestra vida son como niños, indefensos.

• El amor de nuestra vida


• Una verdadera amistad


• Una decisión que cambia todo


• Una buena educación


• Una carrera que nos gusta


• Una sociedad más civilizada


• Ser mejores personas


• Ser mejores cristianos (que supera la convivencia con los demás, para adentrarme además en la convivencia conmigo y con Dios en mí)

A todos ellos, como a niños, hay que dedicarles tiempo, paciencia, amor, cariño, sinceridad, cansancio.

Y en esta sociedad, me parece, esperamos que todo pase de golpe, y no hacemos el esfuerzo, ni tenemos la constancia, para seguir a pesar de las caídas, de los hechos desalentadores, de aquellos que tiran para atrás y esta cultura occidental y moderna que quiere imponernos una manera de pensar puramente individualista y midiendo todo con la vara de la conveniencia.

Un niño, un hijo, no es una conveniencia.
Es fruto del amor, y como tal, es lo más puro que puede haber en este mundo.

Sólo espero que aprendamos eso, que hay cosas que no las hacemos por nuestra conveniencia, ni siquiera para la de las personas que conocemos, sino que las hacemos porque convienen a la sociedad toda, a las generaciones que nos precederán, si es posible, a la humanidad toda.

Porque con Dios del lado de uno, nada es imposible. Y no es soñar. Por lo menos, no lo es para una persona de fe. Es creer, creer que Dios es Señor de lo posible y de lo imposible, y que, a veces de forma misteriosa y oculta (tanto que, lo sé por experiencia, uno reniega hasta sangrar en muchas ocasiones) siempre hace lo mejor para nosotros.

Que pasen una muy FELIZ NAVIDAD, gente. Que todos los que quieren estén a su lado, y que estos días sean motivo de encuentro y felicidad.

Besos y abrazos, según corresponda.