lunes, julio 16, 2007

RELATOS BREVES E HIPERBREVES III


Tal vez aquí se incluya los relatos hiperbreves de los que pensé... y encima sobre un mismo tema, jajajaja... Mi exceso de imaginación está de manifiesto (y tal vez corroborando la idea que tiene cierta madrileña amiga, de que siempre uno tropieza dos veces con la misma piedra xDDDD, y en cierto modo, como un homenaje a ella, que algún día espero, encuentre su media naranja, o como dice la madre de una amiga mía, a su "mejor es nada" :D).

Un saludo afectuoso y gracias por leerme :)


DECISIONES EQUIVOCADAS


Estoy aquí, sentado. Repaso mi vida, una y otra vez, y no encuentro nada bueno o reprochable en mí. Sí un sinfín de buenas intenciones, abortadas por la malicia y la desconfianza humanas. Propias y ajenas. Caídas y más caídas, esperando un abrazo salvador, alguien que alguna vez me rescate a mí, que me de su mano en las tinieblas y me eleve a la luz.
Nunca pasó, y aquí estoy, perdido en este lugar frío y sin esperanzas. Aún espero que su voz, que el viento ululante tapó, me llame, me sane. Pero no sucede, ni sucederá, y sólo espero que mi corazón se apague, que nadie venga en mi ayuda, que no sienta otra vez deseos de vivir, ni de creer, ni de esperar, ni de amar. No valí ni valgo ni valdré el esfuerzo.
No quiero herir a nadie, en este estado, por eso debo poner un cerco a mis sentimientos, vivir como un fantasma, tratar de encerrarme en mí mismo y que nadie se fije en mí, ni se interese en mí, que un muro me separe de la humanidad en general y de mi propia humanidad, hasta que un triste y gris final me abrace –ahora sí- y me sepulte en la nada del olvido y el pasado.


DECISIONES ACERTADAS


Miré arriba y Ella bajó. Un círculo de estrellas coronaba su cabeza, y su manto azul tenía el rebrillo del cielo. Sus alas, como decía la leyenda, eran tan largas y anchas como podía abarcar la vista. Y mientras La contemplábamos, una visión inundó nuestras mentes. Nos mostró guerras, batallas, contra nuestros enemigos, contra nuestros amigos, y miserias de uno y otro bando. Y a mí, sólo a mí, me mostró mi propio derrotero: mi futuro inmediato, quién realmente era mi mujer, cómo me asesinaría. Y me ofreció una flor.
— ¿La cortarás? —me preguntó.
Miré a mi esposa, recordé quién era, recordé quién era yo, y decidí.
— No. No importa que me traicione, o me mate, o incluso muchos muramos por ella. Todos somos responsables de nuestros actos, y quitar una vida es siempre quitar una vida. Obrar así es someterse a la comodidad de pensar que el mal ganará siempre. Y no: el otro siempre tiene la posibilidad de obrar bien.
Ella me miró y sonrió.
— Tú has obrado correctamente. Has entendido el antiguo mensaje —sopló sobre mí y en mi corazón puso la flor—. Ahora me iré, pero antes te anuncio: de tu decisión se acordarán, porque Yo lo haré saber, y será luz de esperanza en los Tiempos Oscuros que inevitablemente ocurrirán, y todos tendremos una oportunidad. Y ahora ve, y obra con el amor con que has sido tratado. Antes del final, nos volveremos a ver —y volando rápido entre unas nubes oscuras, se alejó y nunca más ninguno la volvió a ver, pero en mí un nuevo calor me alentó a seguir. Y nunca me arrepentí.


ENAMORARSE


Te vi y algo me deslumbró. Nada es casualidad, coincidimos. Y mi corazón, que es frágil y débil y que siempre se entrega a un nuevo sueño... sólo con la alegría en tus ojos al verme nuevamente, ya se ató a vos.


ENAMORARSE II


Sólo una mirada y una sonrisa. Y ya me tienes —¿cómo podría ser de otro modo?— a tus pies.

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