sábado, julio 29, 2006

UN POCO MÁS DE REFLEXIONES

A esta hora, luego de escuchar (¡linda mezcla!) a Erasure con A Little Respect, y a Callejeros con Una Nueva Noche Fría, y releyéndome, tiene uno, se siente, me siento obligado a decir lo que quería decir, y viendo que, cuando uno se dispersa tanto (ya me estoy pareciendo a Gloria xDDDD), termina olvidando lo que quiere expresar, entonces trazo un plan de acción y simplemente digo:

Voy a reflexionar sobre el tema mujeres, varones, odios, amores.

Hablo varias veces de miradas incompletas, pero no digo lo que quiero decir.
El que tiene la culpa de cómo se siente es uno. Y ni siquiera estoy seguro que haya culpa en lo que pasa entre dos personas.
Los que me conocen saben que la música de bailanta me caen tan simpáticos como una patada en los gobelinos, y los bailanteros, ¡ay!.
Pero uno no tiene que ser dogmático. Hasta esa cosa horrible llamada Código del Derecho Canónico, donde pone reglamentaciones para los laicos católicos que son... (me callo), sin embargo dice al final algo como: "Obvio que todo lo anterior está sometido a la santa caridad".
¿Qué tiene que ver con lo que quería decir?
Gilda, bailantera, muerta en un accidente, cantaba:
"No me arrepiento de este amor/aunque me cueste el corazón/amar es un milagro y yo te amé/como nunca jamás lo imaginé".
Sip. Amar es un milagro. Espero que nunca sepan lo que es vaciar el corazón a cualquier clase de sentimiento, a odiar sentir, a no querer querer. Ojalá nunca les pase, como decían los truchos de No hay dos sin tres.
Cuando alguien despierta sentires olvidados, cuando siente que su corazón puede apresurarse a ver a alguien, no importa en qué acabe eso, no puede odiarse a una persona así, porque al menos en mi caso, significaba que esa persona tenía que ser muy especial (y hoy digo que me quedo corto) para obrar tal... milagro, perdonen la reburrancia (o redundancia, como gusten).
En mi texto anterior parecía guardar la culpa en la persona que provocaba el sentimiento del dolor, pero si uno puede justificar en su dolor (hasta cierto punto) ese deseo de eliminar a quién considera culpable de su frustración, de sus sueños rotos, de tener como un aliento a muerte rodeándole, eso no quiere decir que la otra persona tenga una real culpa de nada.
Porque amar no es culpa de nadie, es algo que se despierta (si hay suerte) entre dos personas, pero si no, también es enriquecedor que se despierte sólo en una de las personas.
Porque si ese sentimiento llega a ser lo más puro que puede ser en cada cual, no dejará de purificarlo, en alguna manera. Nunca llegará a odiar completamente al otro, porque siempre prevalece eso que le resultó amable de la otra persona.
Cosa distinta es, obvio, el amor enfermizo, que es más bien querer, querer como se quiere a una cosa, porque el otro es simple posesión de uno, y uno lo exhibe o lo siente como una posesión, no como un ser humano con pensamiento propio, con identidad propia, con deseos propios, y sobre todo, LIBRE.
En su libertad, puede elegir estar con nosotros o no, puede elegir decirnos la verdad o no, puede responder a nuestra confianza o no. Y nosotros no podemos culparla de las decisiones que toma, porque son de ella y esa libertad es inviolable.
Obvio que a uno le dolerá más o menos si esa persona es leal o no con nosotros, si respeta sus palabras o no.

Cuento dos anécdotas personales: Hace tiempo, cuando los dinosaurios caminaban por la tierra, me enamoré de alguien que no se enamoró de mí, con quién teníamos la mejor onda y jodíamos más de la cuenta, pero bueno, lo que pasó en mí no pasó en ella. Me dijo que no quería que perdiéramos nuestra amistad y que quería que no me alejara de ella.
Bueno, yo le dije que no me ocultaría de ella y que seguiría yendo a esos lugares donde íbamos siempre. Pero, consciente o inconscientemente, ella se fue yendo cada vez más lejos, cada vez hablándome menos y haciéndome ver claramente que a ella le molestaba de alguna manera mi presencia. Duró como tres meses este tipo de actitudes, hasta que un día me dispuse a hablar de este tema con ella.
Le dije lo que sentía que pasaba, y ella dijo que sí, que no quería pero que sentía que tenía que estar lejos de mí. "¿Y lo que prometiste, entonces? ¿Era mentira?" (bueno, cuando uno es chico, tiende a actuar como dentro de una película) "No, no lo era, perdonáme, pero no pensé que tendría que hacer un esfuerzo". "Entonces decís que yo no valgo ese esfuerzo" (yo y mis ganas de agarrarme de cualquier cosa para llevar una discusión a mi favor). "No, no digo que no lo valgas, sólo que siento que si me acerco vas a creer que me pasa algo con vos". "Ah, bueno, entonces quiere decir que cuando te dije que sabía que a vos no te pasaba nada conmigo, no me creías nada. Sólo decías aquello que sabías que quería oír". "No, simplemente... no quería herirte". "Pues sentirte lejos me está haciendo mierda, porque entonces quiere decir que esa persona que admiraba y que consideraba sincera y cierta en ciertos aspectos que para mí son importantes, eran una reverenda mentira". "Sé que te estoy destrozando, por eso me odio, pero no puedo hacer nada. Te quiero mucho, pero... no sé, siento que mantener la relación que tuvimos durante ocho meses, y... prometo que voy a tratar de no alejarme tanto, pero entendé que inconscientemente me alejo aunque no lo quiera".
Uno no puede dejar de sentirse un boludo en una situación así, pero eso me sentía. Y tan loco estuve que un par de veces casi me suicido, porque la amaba con locura, pero además, me jodía la parte mentirosa de ella. Nunca se me ocurrió pensar, enceguecido en mi agonía y mi tristeza, que a lo mejor ella tenía razón, que para mí y para ella, lo mejor era que nada fuera como antes.

Sin embargo, lo maravilloso viene cuando, mucho tiempo después, algo similar pasa (y aquella experiencia te sirve para saber que eso que la chica despertó en vos es lo opuesto a lo que le pasa a la chica con uno ;-). ¡Lindas situaciones cíclicas!).
Hoy (hoy por actual, no porque pasó hoy; pero, che, hay que aclarar todo xDDDD), pasado mucho tiempo (dos años y cuatro meses, para ser exactos), a uno le cae la ficha de estas cosas que no debe callar, y que hacen que a veces este sentimiento obstaculice el cariño evidente que hay entre los dos. Y decido ser sincero con ella.
Ella, al igual que aquella chica, me dice que me quiere muchísimo, que obviamente no le pasa lo mismo que a mí, pero que no quiere perderme, que no quiere perder la relación ni la amistad.
Y cumple.
Y es maravilloso, porque uno, por una parte, está completamente partido (tanto, que uno, un macho a la antigua xDDDDDDD, llora como una magdalena), pero ella está ahí, me consuela con sus gestos, sus palabras.
Y entonces uno puede creer que hay personas maravillosas, al menos en eso que tanto buscamos.
Y con el tiempo, uno sabe que nunca dejará de amar a esa persona, y eso es una fuente de tristeza enorme. Pero a su vez, sabe que alguien así se merece que uno haga cualquier sacrificio por ser digno del cariño de esa persona, y cosa extraña, uno empieza a entender hasta por cuestiones como la casualidad, cosas de esa relación que presagiaba ser algo grande y quedó en meras cenizas en el aire. Y que inspiró la siguiente canción:

Como un triste ser
se perdió el candor
de una amistad
que aunque bien nació
ya no más será,
ya no más será.

Flor que pudo ser
algo más que adiós
nuestro refugio,
pero algo lo impidió
alguien lo impidió
y se terminó.

Ya no hay amor
ni alegría,
sólo tristeza.
No quieres verme más,
no quiere verte más,
esto no va más.

No sé por qué será
que todo lo bueno
siempre tiene un final.
Como si la muerte
y no la vida
reinara en este lugar.


Sip. Alguien que me rechaza me hizo hundirme en la más profunda de las depresiones que conozco, otra me hizo ver que siempre hay esperanza.
Y sobre todo, que sin ese amor incondicional que muchas mujeres son capaces de dar, este mundo no sería lo que es (hace tiempo se habría aniquilado), y que los hombres vivimos ensoberbecidos de la importancia de nuestra existencia (todo nos pasa a nosotros) y nunca miramos que hay vida fuera de nuestro ombligo, y que el mundo no gira alrededor de nosotros, y que, como decía Yavanna (Biddle, para la gente de Ciao!), uno siempre debe reírse, aunque sea para dar alegría a los demás.

Gracias a todas ellas, que están y uno sabe que siempre están. Porque su cariño y su afecto y su sonrisa, rompe muros, vence al tiempo y a la distancia.

Saludos y gracias por leerse toda esta parrafada. ¡Hasta la próxima!

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