domingo, mayo 20, 2007

UNA MUESTRA DE MUCHAS COSAS III

JUSTICIA

Digamos. Justicia. ¿Qué es justicia?
Si uno recurre a la RAE (el diccionario en línea de la Real Academia Española), dice en las acepciones que nos interesan:

justicia.

(Del lat. iustitĭa).

1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.

2. f. Derecho, razón, equidad.

3. f. Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.

4. f. Aquello que debe hacerse según derecho o razón. Pido justicia.

5. f. Pena o castigo público.

6. f. Poder judicial.


En boca de nuestros queridos políticos (y que son, creo que ya lo dije, no gente que nació de un huevo extraterrestre, sino que son muestra de muchas cosas nuestras, en lo mejor y en lo peor, pero tan exagerado, que es lo que hace que a veces parece tan ajeno a nosotros -creo; no es una afirmación), justicia implica "que hagan lo que más me convenga a mí".
O que se confunda ley con justicia.
Algunos crean cortes adictas (como en los 90, aunque no fue el único... Nuestra historia muestra jueces embebidos con el Poder Ejecutivo más veces de las recomendables).

Pero ninguna de esas representa, al menos, mi idea de justicia, que es darle a cada uno, de principio, lo mínimo para que tenga una vida digna, no sólo para que coma, sino para que se vista, se eduque, y pueda comprar remedios si los necesita por cuestiones de salud.
¿Es difícil?
No, si entendemos que el destino de cada uno depende de todos. No de algunos pocos que viven dando lo que tienen pero que terminan siendo parches dada la masa de pobreza y miseria existente, sino que cada uno que tenga de más, dé de acuerdo a lo que no afecte a él ni a quienes dependan de él, pero pensar simplemente en una solidaridad que permita desarrollarse a todos, que no haya más chicos en la calle, chicos que de tanta falta de educación, de mala alimentación y de mal crecimiento, tanto en el aspecto corporal como en el aspecto psíquico (que según me contó un amigo psicólogo, afecta también al discernimiento de lo bueno y lo malo, porque muchos de ellos no han crecido lo suficiente -aunque tengan veinte años- para distinguir que las necesidades de ellos no están por encima de los derechos de los otros, como el derecho a vivir).

Digo, en Inglaterra es ley que alguien que tiene cada vez más dinero aporte más dinero al fisco para hacer que los que menos tienen tengan acceso a una mejor educación, a un mejor sistema de salud (y lo hacen sobre las ganancias verdaderas, no como hacen acá que cobran impuestos sobre el sueldo que uno gana con el sudor de su frente).

Pero falta mucho para eso. Hay que modificar, no solo un pensamiento, sino conductas, reflexiones, mirada del mundo... y no hacia una sola manera de pensar, sino en entender algo sencillo, lo invalorable de la existencia.

Y que si dejamos que los demás, en cualquier aspecto, estén abandonados a la buena de Dios, en un mero sobrevivir hasta que la muerte los libere de una existencia de mierda -porque solo conocerán opresión, pobreza, enfermedad, muerte de seres queridos, inseguridad general-, no es justicia en sentido humano, no legal, porque la ley, depende quién la dicte, protege a unos u otros. La ley en la iluminada Atenas concebía la existencia de parias, de exiliados, que no tenían derechos civiles.

Y aunque a algunos le gustaría que eso sucediera por ley, existe de una forma mucho más brutal, en personas ninguneadas que, muy esporádicamente hasta el momento, y estoy seguro, de forma mucho más general y de forma más brutal en un futuro no muy lejano, expresan su rabia y su malestar de la única manera que parece que la van a escuchar, ya que los medios pacíficos no alcanzan: destrozando todo.

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